miércoles, 11 de abril de 2012

UN RELATO DE LA DANZA RITUAL DE LA SERPIENTE





Indios hopi cantan alineados durante la danza de la serpiente
(fotografía del año 1900 por Adam Clark Vroman  )

   
En el año 1946 el arqueólogo argentino Alberto Rex González tuvo oportunidad de presenciar la famosa Danza de la Serpiente de los indios Hopi del SO de EEUU y lo relata  en su libro "Tiestos dispersos":de dónde hemos extraído estos fragmentos:

"La ceremonia, que culmina con la impresionante danza, comienza a prepararse varios días antes. Se hacen largas ceremonias en las kivas, especies de templos circulares profundamente enterrados en el suelo (...) Cada clan tiene su propia kiva. En el centro de ésta,  un hoyo simbólico indica el lugar donde los antepasados del clan surgieron en este mundo (...)"
"Durante varios días los indios recorren el desierto en busca de serpientes. Cuantas mas recogen mejor es el signo de la futura suerte (...) Recogen las especies mas variadas , entre ellas las mas peligrosas por su ponzoña como las diversas variedades de cascabel (...)"


"Las ceremonias (...) duran casi todo el día y culminan con la danza. El objetivo directo y claro es convocar a los dioses a fin de que envíen la lluvia benefactora, sin la cual no hay cosechas, y el hambre llega como una plaga segura. El cereal principal es el maíz y se lo evoca de una manera directa"
"La ceremonia se realiza en el gran patio central del poblado a cuyo alrededor se aglutinan las habitaciones rectangulares de varios pisos.
La gente circula mediante escaleras externas. (...) El grupo indígena lo integraban hombres, mujeres, niños, jóvenes y viejos. Las mujeres en fila (...) se alinearon a lo largo de uno de los bordes del patio central . Cada grupo de hombres representaba un clan (...) los símbolos identificatorios del clan estaban pintados en los cueros que envolvían su cintura, el torso desnudo"

"Comenzó la danza y duró horas, el ritmo lo marcaba un tamboril monótono, interminable (...) que hacía aumentar la expectativa del increíble desenlace que todos esperaban Los participantes golpeaban ritmicamente el suelo con sus pies (...) La monotonía del ritmo parecía llevarnos a un estado de trance o paroxismo (...) Caía la noche De pronto el tamboril elevó la altura de sus notas y la frecuencia de su ritmo La danza se hizo (...) mucho mas viva (...) hasta alcanzar un compás casi frenético. Los participantes comenzaron a acercarse en  círculo cada vez mas cerrado a una choza pequeña que se levantaba en el centro mismo del patio (...) de adentro salíó una mano con una serpiente agitada en movimientos ondulantes. Cada danzarín recogía una serpiente en cada vuelta, incluso los niños (...) algunos las colocaban en la boca apretándolas con los dientes, todas produciendo movimientos vivos, ondulantes (...) En un instante la ceremonia pareció llegar a su  climax, el tamboril estalló en un paroxismo de redobles, luego del cual siguió un silencio absoluto e inquietante. Los danzarines se agruparon en filas cerradas, expectantes y a una órden se lanzaron todos velozmente al extremo opuesto del patio donde depositaron las serpientes en el suelo (...) Luego las mujeres se dirigieron al ondulante amontonamiento de reptiles y lo espolvorearon con harina de maíz (...) Nuevamente el grupo de danzarines se agolpó en el extremo opuesto del patio. Una nueva señal fue el punto de partida de una carrera general y frenética hacia donde estaban las serpientes en su círculo reptante y blanco. Cada uno de los participantes, grandes y chicos, se precipitó allí tratando de tomar el mayor número de serpientes: y luego se dividieron en cuatro grupos (...) cada uno de los cuales partió a toda carrera hacia los cuatro puntos cardinales (...)"

"Debían devolver las serpientes al desierto parta que llevaran el mensaje de lluvia y con ella de prosperidad y buenas cosechas  La ceremonia ritual había tocado a su fin.
Cosa curiosa, desde un rato antes  espesas y negras nubes se agolpaban en el horizonte (...) antes de una hora se habían convertido en una lluvia densa y prolongada (...) Según la información de aquella época, las estadísticas mostraban que desde hacía muchas décadas la danza de la serpiente nunca había fallado en su sagrado objetivo de producir la lluvia "

Alberto Rex González

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Esta danza es la culminación de una ceremonia emparentada con el Mito de la Serpiente según el cual TOKONABI; era un lugar árido donde llovía escasamente y  por ello las cosechas de maíz eran muy pobres;  de modo que TIYO, un joven Hopi, fue a buscar el lugar de donde venía el agua de las lluvias. Esta búsqueda lo llevo a encontrarse con el Gran Cañon. Una vez allí construyó una barcaza de madera que le permitió adentrarse en las aguas del Río Colorado. Luego  la barcaza se detuvo a las orillas de un inmenso mar. (la fuente del Río Colorado) Aquí se encontró con la Mujer Araña, quién se posó junto a su oído y lo ayudó en su búsqueda.
Siguiendo  una serie de aventuras entre las cuales se unió al sol en su curso a través del cielo, fue llevado al Kiva de la gente Serpiente, donde  los hombres  vestían  con pieles de este reptil.
El Jefe de ese  clan dijo a TIYO: “aquí poseemos abundancia tanto de lluvia como de maíz, mientras que en tus tierras escasean, lleven estas plegarias en sus corazones; y estas son las canciones que cantarán , y estas son las alabanzas que elevarán; y cuando muestren el blanco y el negro en sus cuerpos la lluvia caerá sobre sus tierras “ .
 El Jefe dio además a Tiyo dos doncellas serpiente, una para que sea su esposa y otra como esposa también para su hermano. Con las plegarias y las doncellas, Tiyo partió de la Kiva, y una vez de nuevo en TOKONABI se dedicó a la enseñanza de la Ceremonia de la Serpiente a su pueblo, para que este fuese bendecido por fin con la lluvia.

De modo que la ceremonia sería un reconocimiento de la hermandad de las serpientes con los indios Hopi, ambos teniendo descendencia de antepasados comunes.Y al ser la serpiente parte del ritual religioso Hopi, estas deben ungir sus cabezas para prepararse para la ceremonia, al igual que cada Hopi que toma parte en la misma.
La comida espolvoreada en las serpientes durante la danza y al momento de su culminación, es un símbolo de las plegarias Hopi para con el mundo de los espíritus y así lograr la germinación de sus semillas.
Todo este gran ceremonial conmemora el regalo otorgado a los HOPI por sus ancestros, este regalo consiste en lograr hacer llover, y se ha propagado de generación en generación así como fue enseñada por el Jefe Serpiente del mundo de abajo  a Tiyo, el joven que supo sobreponerse a distintos obstáculos, para regresar a su tierra con el secreto de cómo hacer caer agua de los cielos.

La danza de la serpiente de los indios hopi tenía la idea de que los danzantes eran mensajeros de este mundo enviados a buscar ayuda a los espíritus de otro mundo. Un mundo por debajo de la tierra, habitado por serpientes. El médium era el tacón del bailarín con el que aporreaba con ritmo constante y enviaba sus vibraciones humanas a "los de abajo". Si oían sus taconazos, entonces la plegaria tendría respuesta, generalmente en forma de tormenta. Ese trueno que retumba está haciendo ese sonido".
Se atrapaban las serpientes  de las cuatro direcciones, o puntos cardinales  y se las hacía  «hermanas» de la Sociedad de la Serpiente  antes de ser devueltas al desierto llevando las oraciones Hopi para la Lluvia. 

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