viernes, 6 de febrero de 2015

El Tesoro de los Quimbayas


 
 
 
 
 
 
Son enteramente de oro, estuvieron ocultas mas de 1600 años;  luego al ser halladas y desenterradas se regalaron a España en otra de esas absurdas desvalorizaciones de lo americano tan típicas de ciertos gobiernos del continente
Mas allá de su inmenso valor en oro poseen un valor mucho mayor por tratarse del testimonio de una cultura americana de la que se sabe muy poco
 
Se trata del Tesoro de los Quimbayas, un conjunto de 123  piezas prehispánicas  de oro, y algunas de cerámica,  halladas en Colombia , con una datación que lo refieren  al siglo II de nuestra era.
 
 
 
 
  
 
Este tesoro  fue desenterrado por  ladrones de tumbas cerca de la localidad de Filandia, en la región de Quindío, Colombia, en el año 1890 y apenas dos años despues ,en 1892 fueron regaladas por el Gobierno de ese país  a la reina regente María Cristina de Habsburgo-Lorena por la ayuda prestada en un conflicto fronterizo.
Al respecto, el 20 de julio de 1892, el presidente colombiano Carlos Holguín, en su mensaje al Congreso, dijo de esta colección: "Es la más completa y rica de objetos de oro que habrá en América, muestra del grado de adelanto que alcanzaron los primitivos moradores de nuestra patria. La hice comprar con ánimo de exhibirla en las Exposiciones de Madrid y Chicago y obsequiársela al Gobierno español para un museo de su capital, como testimonio de nuestro agradecimiento por el gran trabajo que se tomó en el estudio de nuestra cuestión de límites con Venezuela y la liberalidad con que hizo todos los gastos que tal estudio requería. Como obra de arte y reliquia de una civilización muerta, esta colección es de un valor inapreciable."
 
 
 
Y así fue como estas piezas invalorables del arte americano llegaron a España; luego fueron expuestas en Sevilla durante el IV Centenario del Descubrimiento de América; y periormente guardadas en el Banco de España.
Hoy se las puede ver en el Museo de América de Madrid; a miles de kilómetros de su lugar de origen.
 
 

  
 Las  piezas de oro, con un peso aproximado de quince kilos, son obras que responden a necesidades rituales y funerarias. En su inventario hay doce clases de objetos, clasificados así: seis estatuillas, una cabeza, dos instrumentos musicales de viento, once recipientes o "poporos", dos cuencos, ocho alfileres, una corona, seis cascos, 21 narigueras, 31 orejeras, once collares, cinco cascabeles, seis pendientes y nueve pasadores.
 
 
 
 
 
imagen3a.jpg (22240 bytes)
 
 
Estéticamente, las obras de mayor interés son las estatuillas desnudas masculinas o femeninas, de pie o sedentes; pequeñas esculturas áureas de bulto redondo, huecas, modeladas previamente en cera y luego fundidas con la destreza característica que lograron los quimbayas en la representación del cuerpo humano, caracterizado por el modelado anatómico muy esquemático, mediante formas simples y macizas, pero haciendo especial énfasis en el tratamiento de la cabeza, de acentuado naturalismo en la ejecución de rasgos faciales.
Es de advertir que estas figuras son huecas porque, a la vez, son recipientes.
 El tesoro también cuenta con los clásicos "poporos", de formas globulares que representan frutos, o de formas esquemáticas y redondas, y algunos decorados con figuras.
 
 
 
 
Objetos únicos son los instrumentos musicales y la cabeza, que es un sahumador. Igualmente los cascos son muy interesantes por su técnica de laminado, y por su decoración con motivos geométricos y figuras.
Los demás objetos son recipientes semiglobulares que imitan la forma de la totuma, alfileres con figuras, collares de figuras esquemáticas, orejeras en forma de carrete y narigueras semejantes a las que ostentan los personajes representados en las estatuillas.
 
Todas estas piezas del tesoro tienen especial importancia, tanto por su sistema de representación que exalta el cuerpo humano, como por el diseño, por su perfección formal y por su depurado sentido estético.
 
 
 
 
 
 

EL SEÑOR DE SIPAN