domingo, 15 de abril de 2012

EL JUEVES NEGRO



 ¿Cómo se origina un crack  financiero ?
Sintéticamente podríamos decir que en las fases alcistas de la economía se van generando  burbujas especulativas; y  a  modo de "ideología" justificativa de la burbuja se van tejiendo una serie de mitos sobre el funcionamiento de los mercados financieros, mitos que son aceptados por una masa de participantes en el mercado cegados por la codicia.
El crack, cuando llega, no solo tira por tierra estos  mitos, poniendo de manifiesto su falsedad; sino que también  se lleva por delante a los incautos que creyeron en ellos.
El  crack más famoso en la historia es el de Wall Street en 1929. Era el 24 de octubre de 1929, el famoso "Jueves Negro",  cuando estalló esa  gran crisis mundial
Aquel día, en Wall Street el pánico se apoderó del mundo de las finanzas: la cotización de los valores se hundió. Muchos ciudadanos, desde grandes hombres de negocios  hasta pequeños accionistas, o ahorristas ,se arruinaron.
Comenzó entonces un período de depresión económica que  pronto se extendió por casi todos los países del mundo causando  una tremenda impresión: "Hombres y mujeres", escribió el historiador Arnold Toynbee, "previeron la posibilidad de que se dislocara el sistema social de Occidente".
 La crisis desembocó en una época de inestabilidad y de tensiones que culminó con el auge del nacionalsocialismo y el estallido de la Segunda Guerra Mundial.

La Primera Guerra Mundial había enriquecido  a Estados Unidos, que se convirtió en el gran banquero del mando.  muchos países prestamistas o proveedores de armamentos, de alimentos, de materias primas o de maquinaria se enriquecieron; entre otros, naciones neutrales como Suiza o los Países Bajos, así como Japón y Estados Unidos.
Estos últimos se impusieron cada vez más en el mercado mundial: al terminar la guerra poseían la mitad del oro del mundo, y entre 1913 y 1929 su renta nacional pasó de 33.000 a 72.000 millones de dólares.
 De 1923 a 1929, la producción industrial de este país creció un 64%, con tasas aún más elevadas para el petróleo, acero y los productos químicos. La prosperidad se generalizó, y su símbolo fue la proliferación de automóviles: en 1929, se fabricaron en Estados Unidos más de cinco millones de vehículos
Para aumentar las ventas, los industriales y los banqueros americanos desarrollaron el sistema de ventas a crédito. Se calcula en 7.000 millones de dólares el valor de los créditos concedidos en el año 1929; el 60 % de las ventas de automóviles y el 40 % de las transacciones inmobiliarias se efectuaban entonces a plazos. Se constituyeron o se reforzaron inmensos imperios industriales:
La United Steel Corporation controlaba el 60 % de la producción de acero;
La Ford y la General Motors dominaban dos terceras partes de la industria del automóvil.
Estos gigantes industriales estaban unidos a poderosos bancos. El mito de la prosperidad permanente ganó terreno, y el sistema de vida americano, fascinó al mundo
.
También en Europa aumento la prosperidad y se hicieron fortunas: fueron los años locos", en los que Europa vivió con despreocupación.
Sin embargo una observación detenida hubiera descubierto algunos motivos de inquietud. Las tensiones políticas subsistían: Y, aunque la industria se desarrollaba, no ocurría lo mismo con la agricultura: en Estados Unidos, los precios agrícolas permanecieron bajos, los agricultores se endeudaron y, en diez años, más de dos millones de ellos tuvieron que abandonar sus tierras.

Las monedas no estaban estabilizadas ;las divisas ya no se hallaban garantizadas sólo por las reservas de oro, sino también por algunas monedas fuertes, como la libra esterlina y, después, el dólar.
 Y el  mercado bursátil, en el que se negociaban las acciones de las industrias, vivía bajo el signo de un optimismo desaforado.
En la bolsa de Nueva York, el precio medio de los valores subió un 25 % en 1928 y un 35 % en los primeros meses de 1929.
Algunas acciones habían experimentado alzas vertiginosas (en 1929, las de General Motors valían cincuenta veces más de su valor inicial). El mercado al alza, engendró una especulación que aumentó desmesuradamente el volumen de las transacciones bursátiles: en marzo de 1928 se negociaban al día medio millón de acciones y, en junio de 1929, se alcanzaban los ¡cinco millones!
 Los financistas  se lanzaron a operaciones complejas y aventuradas, valiéndose del crédito depositado con  ellos.
Estallaron numerosos escándalos financieros, que testimoniaban la corrupción de los negociantes y el compromiso de ciertos medios políticos.

Hacia octubre de 1929, en Wall Street, ciertos indicios comenzaron a inquietar a los corredores de la gran bolsa de valores neoyorquina. Los precios al por mayor del hierro, del acero y del cobre, así como los beneficios de la industria del automóvil, bajaban.
El jueves 24 de octubre de 1929, conocido como el jueves negro", se inicia la crisis económica mundial con el crack financiero de Wall Street.
Presagiando la tormenta, algunos especuladores astutos trataron de vender sus títulos mientras las cotizaciones aún iban en alza. El movimiento ya estaba en marcha, y las ventas se multiplicaron.
Entonces los grandes bancos decidieron comprar para detener la baja, pero no pudieron hacer frente a los 16 millones de acciones volcadas sobre el mercado el martes 29 de octubre. Las autoridades no comprendieron la situación; en noviembre, el presidente Hoover aún decía: " Compren ahora, la prosperidad está a la vuelta de la esquina"

El desconcierto fue general: ¡casi trece millones de títulos fueron puestos a la venta a cualquier precio!, la caída de las cotizaciones se aceleró; el 13 de noviembre, las acciones industriales habían bajado de 469 puntos a 220: quien tuviera
Casi todos los países se vieron afectados por la crisis bursátil y financiera. Esta crisis sólo era la expresión de una situación económica muy grave pues desde 1928 las compras habían disminuido y los mercados se hallaban saturados.
El  imprevisible descenso de las actividades industriales fue la causa de la caída de la bolsa. Y el crack bursátil aumentó las dificultades económicas a partir de entonces.
Para 1928, la minería del carbón, la industria textil y los astilleros no habían recuperado su nivel de actividad de 1920, y persistía el paro (dos millones de desocupados). Las tierras hipotecadas por miles de agricultores cayeron en manos de grandes sociedades.
 Ello no impedía que la euforia fuera extraordinaria. En septiembre de 1928, el presidente de la Bolsa de Nueva York todavía afirmaba: "Muchas personas aún no han comprendido que, al parecer, esto es el fin de los ciclos económicos tal como los hemos conocido. Estoy convencido de la esencial y fundamental solidez de la economía americana. Los acontecimientos de los próximos años se encargaron de desmentirle de manera flagrante.
Antes del crack de 1929 se produjo el famoso escándalo de la tierra en Florida. Se pagaban fabulosas sumas de dinero por una ciénaga. Como siempre, la orgía especulativa terminó en lágrimas.

  Como explicaba  Marx, el ideal de la burguesía es siempre hacer dinero del dinero sin la penosa necesidad de involucrarse en la producción. Este es el origen del juego en la Bolsa y otras formas de especulación. Durante los períodos de boom se generan grandes cantidades de capital ficticio y se dan por válidas aunque carezcan de una base real
Y así la última semana de octubre de 1929 se produjo la hecatombe. Hubo sobre todo dos jornadas de auténtico pánico financiero: el día 24, cuando casi 13 millones de títulos fueron vendidos, y especialmente el 29, en que se negociaron 16,5 millones de títulos. Muchas familias estadounidenses vieron cómo de un soplo se desvanecían todas las ganancias que habían acumulado en los 18 meses anteriores.
Se cumplía el principio de que lo que sube baja. Pero como otro principio dice que lo peor puede empeorar, aún quedaba más, y la caída de la Bolsa neoyorquina persistió hasta el 8 de junio de 1.932, en que tocó fondo. Ese día, el índice de Wall Street marcaba una octava parte de la que había sido su máxima cotización.

El martes 29 de octubre fue el día más devastador en la historia de la Bolsa de Nueva York y, posiblemente, el más devastador en la historia de todos los mercados.
El mecanismo que desencadenó la caída, con un efecto de bola de nieve, fue que, durante los días de euforia especulativa, los inversores habían comprado acciones mediante préstamos que estaban garantizados por esas acciones que adquirían. Cuando el valor de éstas comenzó a bajar, los prestamistas vendieron los títulos depositados en garantía para recuperar al menos una parte de las cantidades prestadas, lo que no iba a hacer más que acelerar la caída.

El jueves 24 de octubre de ese nefasto 1929, una multitud se arremolinaba en Wall Street, donde el mercado era un tumulto de vendedores: los precios no hacían más que bajar y, a las once de la mañana, el pánico invadió la Bolsa.
La policía avisada de que algo raro estaba ocurriendo, acudió para mantener el orden. Pero el aspecto de aquellas personas no era el de unos agitadores, sino que sus rostros denotaban una especie de horrorizada incredulidad ante el desplome bursátil.
Para evitar incidentes entre los inversores y los curiosos que se habían acercado a Wall Street, a las 12:30 se ordenó desalojar las dependencias de la Bolsa reservadas al público.
Ante el desplome, al mediodía, los cinco banqueros más importantes del país decidieron sostener el mercado y dieron órdenes de compra. Dijeron que las bases de la Bolsa eran firmes y que la depreciación se debía a correcciones técnicas. Su actitud tranquilizó los ánimos y contuvo los precios.
Pero la calma duró poco, pues el lunes siguiente, día 28, la situación empeoró. Y el 29, martes negro, las pérdidas equivalían a las ganancias de más de año y medio. Ese día, los banqueros se reunieron dos veces, pero su intención ya no era sostener el mercado, pues estaban vendiendo. Habían aceptado que algo iba mal en la economía y que los problemas no eran técnicos.

El crack de 1929 inició la pavorosa crisis conocida como "gran depresión". Como nadie podía comprar, se produjo una baja general de los precios, y los productos se acumularon en las fábricas; consecuentemente, como los patronos no vendían, los salarios bajaron, la producción se redujo y el paro aumentó, con lo que aún se podía comprar menos.
La producción industrial del mundo se redujo en un 38 % entre 1929 y 1932, y el volumen del comercio internacional descendió en un tercio.
Los bancos restringieron el crédito, y se exigió a los industriales y los agricultores que pagaran sus deudas. Se multiplicaron las quiebras: en Estados Unidos, hubo más de 28.000 quiebras comerciales e industriales en 1931 y 5.000 bancarias en tres años.

En la agricultura, la crisis afectó tanto a las pequeñas y medianas explotaciones como a las grandes. Millones de campesinos, expulsados de sus tierras por los acreedores, y numerosos peones agrícolas que no encontraban trabajo pasaron a engrosar las ya prietas filas de los desempleados de las ciudades. En las tierras que les habían sido confiscadas nació una gran agricultura mecanizada.
La crisis provocó las mayores arbitrariedades: mientras millones de seres humanos morían de hambre en el mundo, los productores tiraban a destruían los artículos cuyo precio de venta se hundía. La leche o el café eran tirados a las alcantarillas o al mar. La distribución gratuita de estos productos hubiera hecho bajar todavía más los precios, por consiguiente, se prefería destruirlos sistemáticamente.
La producción de cereales, la ganadería y la economía lechera se vieron afectadas. Al bajar el nivel de vida de los asalariados, descendieron bruscamente las ventas de los agricultores. Los precios al por mayor se hundieron: en Nueva York,
El desempleo alcanzó proporciones nunca vistas: diez millones de parados censados oficialmente en el mundo en 1929. ¡Cuarenta millones en 1932! En Estados Unidos, el 25% de la población laboral estaba en paro. Ante las oficinas de socorro, las sopas populares y los albergues nocturnos, se alargaban las filas.

Al llegar la crisis, los vendedores reclamaron lo que se les debía, y los deudores, a menudo parados, no pudieran pagar, por lo que se sucedían los embargos. Los parados se vieron obligados con frecuencia a mendigar su comida en organizaciones de caridad.
En la vida política internacional se recrudecieron los nacionalismos. La vuelta al proteccionismo, al nacionalismo, como el fascismo italiano o el nazismo alemán. Comprobada la imposibilidad de instaurar una era de entendimiento cada potencia se desentendió del resto. Aquí comienza, en gran medida, el camino hacia la Segunda Guerra.Mundial


Ahora bien, en este 2012 se cumpliran 83 años de este crack económico, el mas grande en la historia del mundo y curiosamente será en este 2012, en los meses de junio, julio, agosto; y nuevamente en marzo del 2013 y en  noviembre y diciembre  del mismo año, que  el planeta Urano completando su ciclo de 84 años se ubicará en el mismo signo de Aries, y a los mismos grados y minutos en que estaba situado al momento de dicho crack financiero (estacionario a los 8° 32' entre el 9 y el 12 de julio del 2012 y partil o exacto en esa misma longitud entre el 9 y el 18 de julio ) ¿ El planeta de los imprevistos y de los súbitos despertares, el planeta cuyo descubrimiento fué coincidente con la Guerra de la Independencia Norteamericana , traerá alguna sorpresa a dicho país cuando se cumpla este retorno, ya sea en este 2012 o en el próximo 2013?




referencias extractadas de:  http://www.monografias.com/trabajos7/depre/depre.shtml)

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