viernes, 27 de mayo de 2011

Un camino de armonía con las fuerzas y los principios de la naturaleza: Aikido


 "Cielo y tierra vibraron ante mí. De la tierra brotó una nube de polvo de oro que envolvió mi cuerpo, transformándome en oro sólido, y en ese preciso instante me pareció estar en el aire. Comprendí entonces el lenguaje de los pájaros y de la naturaleza, y tuve una clara conciencia del pensamiento de Dios, El Creador del Universo. También comprendí que la raíz del arte marcial es el amor de Dios y el amor a los semejantes. En ese momento me brotó una lágrima de felicidad". "Por esto el arte marcial no es lastimar con fuerza a un semejante, o con armas, sino que por el contrario es el amor hacia el mismo, no es derrotar al mundo con guerras, sino construir un mundo mejor".



 Esta  experiencia le ocurrió al maestro  japonés Ueshiba Morihei (1883-1969) al finalizar un combate un día de primavera en 1925, a los 42 años de edad . Él, basándose en sus antecedentes de riguroso entrenamiento en varios jujutsus japoneses tradicionales, pasó años desarrollando su arte como un medio de refinar y levantar el espíritu humano y creó  lo que luego llamó :"AIKIDO"; el "Camino de la Armonía con las fuerzas y los principios de la Naturaleza ".
El AIKIDO es un verdadero Budo, es decir un sendero en el que el filo agudo del entrenamiento marcial se utiliza como un "camino" o "vía" hacia el crecimiento espiritual. Sus métodos se basan en la fe profunda de Ueshiba Morihei en el entrenamiento austero, como medio de mejorar el espíritu humano a través de un inagotable refinamiento y perfeccionamiento de la mente y el cuerpo.

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