KALFUTRAL - EL DERRUMBE AZUL
Una vez hubo gran mortandad entre los mapuches (...) Solo podían vivir en las llanuras o valles, renunciando a las alturas de la cordillera y su vida era muy triste.
Un día vino a verlos Al- Sol, que era un gran chamán que enseñaba a la gente buenas cosas útiles : les regaló el fuego y les enseñó a hacer armas.
Les dió ropa para vestir sus cuerpos desnudos y les mostró las plantas medicinales y de como curar con ellas
Entonces los mapuches dejaron de sentirse solos, pero continuaban con su gran temor a las montañas boscosas y se negaban a llegar hasta sus entrañas. El aspecto de los bosques era siniestro y los habitantes de las tierras bajas solo amaban el agua de los valles
Por eso Al-Sol llevó a los mahuidanches (gente de la montaña) a la falda del cerro Chapelko y allí golpeó con su puño una gran roca mientras murmuraba un encantamiento; y en el acto fue que se abrió la montaña y enormes rocas se despeñaron hasta lo mas profundo, llenando un abismo y formando un campo con todos esos escombros (se le llamó Kalfutral o derrumbe azul pues con ese color brillaban las piedras)
Y del hueco que se formó en la ladera del cerro salieron gentes nuevas, totalmente desnudas y de horrible aspecto. Eran gigantes y los dirigía uno que se llamaba Trauko, el Señor de las montañas; que aun anda sobre las altas cordillera pues nunca muere y anda apoyado sobre su enorme bastón que es un tronco de tejo
Así vinieron al mundo los gigantes, de quienes cuentan los antepasados que eran los monstruos de la creación y a los que aislaron en los desiertos de piedra de la cordillera junto con los animales salvajes que el Huekufu (espíritu malo) había desfigurado por rebelarse contra el Creador, quien los había tomado como guardianes de los seres inacabados mientras él descansaba
Muchos males ocurrieron a causa de éstos, y de sus animales, y de los grandes pájaros que se atrevían a atacar a la gente pequeña de los valles, y Al-Sol no tenía poder sobre estos gigantes y sus animales cuando salían de la cueva.
Del gran número de animales malignos aún quedan algunos en los bosques; en cuanto a los gigantes , éstos al parecer fueron exterminados en gran parte y aquí y allá se encuentran sus huesos profundamente enterrados en el suelo
Solo el Trauko aún vive eternamente y se le ve balancear su bastón sobre los abismos, ondulando al viento sus rojas y larguísimas barbas que tienen leguas de extensión
La gente muy antigua llama a la parte hendida de la ladera del Chapelko la Kurafuchauitranche que significa :la gran piedra de los gigantes
(relato tomado de una recopilación de la sra. Berta Koessler en 1954)
Esto hace perfecta relación con el libro de Enoc, gracias por compartir esto amigo.
ResponderEliminar