domingo, 26 de agosto de 2012

LA VISION DE NICOLAS DE FLÜE (HERMANO NICOLAS)


 
 
 
 
"Le pareció (al Hermano Nicolás) que un hombre que parecía un peregrino llegó hasta él. Tenía un bastón en sus manos, un sombrero con su ala plegada hacia abajo, como un sombrero de caminante, y una capa azul. Y Nicolás se dio cuenta internamente de que el hombre venía del Este desde muy lejos. Aunque el peregrino no lo dijo, Nicolás supo que venía de dónde el sol amanece en verano. Después, se mantuvo ante Nicolás y cantó la palabra: "aleluya". Cuando comenzó a cantar su voz reverberaba y todas las cosas que se encuentran entre el cielo y la tierra cantaban con él.
Y Nicolás oyó tres palabras perfectas que llegaban desde un lugar remoto y después eran gritadas como el estallido seco de una cerradura. Al oírlas sólo pudo pronunciar una de ellas.
Cuando el peregrino acabó su canción pidió al Hermano Nicolás una limosna.
Nicolás de repente tenía una moneda en su mano y la arrojó en el sombrero del peregrino. Y este hombre nunca había conocido antes que gran honor es recibir el don del dinero en el propio sombrero.
Y Nicolás se preguntó quien era el peregrino y de dónde venía. El Caminante dijo :"Vengo de allí", y no quiso decir nada más. Nicolás permaneció ante él mirándole. En ese momento el peregrino cambió de forma; ya no tenía puesto un sombrero sino una túnica azul o grisácea y tampoco llevaba capa.
Era un hombre noble y de buen parecer, así que Nicolás la miraba con placer y deseo (...) Como Nicolás le miraba fijamente el Caminante también lo miró. En ese momento sucedieron grandes milagros: la Montaña Pilatus se vino abajo y se hizo completamente llana, y la tierra se abrió de manera que Nicolás sintió  como si pudiera ver los pecados del mundo entero.
Vio gran cantidad de gente y detrás de ellos aparecía la Verdad, pero todas las personas le daban la espalda y en sus corazones vio una gran enfermedad, un tumor tan grande como dos puños. Ese tumor era el egoísmo que seduce tanto que no puede soportar la mirada del Hombre (la mirada de la Verdad) , siendo para ellos como un fuego; así, corrían en medio de una gran confusión y llenos de vergüenza, hasta que finalmente desaparecieron, pero la Verdad permaneció.
Y entonces su cara (la del peregrino) cambió como una Veronica (imagen verdadera) y Nicolás sintió un gran deseo de ver algo más de él. Cuando le vio de nuevo como había sido antes; pero sus vestidos habían cambiado y permanecía ante él como si tuviera puesto una piel de oso, una chaqueta y unas polainas de piel de oso. La piel estaba salpicada de motas de oro, Nicolás vió claramente que era la piel de un oso.
La piel de oso le quedaba muy bien, de manera que él (Nicolás) la vio de una belleza especial
Mientras permanecía ante él, tan noble en su piel de oso, Nicolás se dio cuenta que el peregrino quería irse. Preguntó: "¿ Adonde quieres ir?". Él respondió: " iré al norte del país" y no dijo nada más .
Cuando éste se fue, Nicolás le miró fijamente mientras se alejaba y vio que la piel de oso brillaba como cuando alguien mueve una espada bien limpia y se pueden contemplar sus reverberaciones en la pared. Y pensó que eso era algo misterioso.
Cuando el Caminante había dado unos cuatro pasos se volvió, se quitó el sombrero y se inclinó hacia Nicolás. Nicolás se dio cuenta que había tanto amor por él en el Caminante, que se quedó casi anonadado y confesó que no se había ganado tal amor; entonces vio que ese amor estaba en él. Y notó que su espíritu, rostro, ojos y todo su cuerpo estaba lleno de una humildad amorosa, como un frasco desbordante de miel.
Después ya no vio al Caminante, pero estaba tan feliz que no deseaba nada más. Le pareció que todo lo existente entre el cielo y la tierra le había sido revelado "
 
(la visión de Nicolás de Flüe)
 
 
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 Nicolás de Flüe (1417 - 14871 ) fue un asceta y ermitaño suizo, santo patrón de Suiza.  hijo de ricos campesinos, fue un valiente soldado  y hacia  los treinta años se casó con la  hija de un agricultor. Cultivaron la tierra, pero también Nicolás continuó en el ejercito,  alcanzando el puesto de capitán, posteriormente fue  concejal y juez de su cantón

Tras recibir una visión mística  decidió dedicarse completamente a la vida contemplativa.
En 1467, abandonó a su esposa y a sus diez hijos con su consentimiento, estableciéndose como un ermitaño en el valle de Ranft en Suiza,  Según la leyenda, sobrevivió durante diecinueve años sin alimento a excepción de la eucaristía. Su reputación para la sabiduría y la piedad era tal que figuras de todo Europa vinieron para buscar consejo, y era conocido por todos como el Hermano Klaus.
 
 Su consejo evitó  una guerra civil entre los cantones en 1481 . El consejo que les dio sigue siendo un secreto hasta el día de hoy. A pesar de ser analfabeto y tener limitada la experiencia con el mundo, es honrado tanto entre Protestantes como entre Católicos en  Suiza.
 
 
 
 
imagen: Pintura Digital - Puri
 
 
 
 


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