MANTOS TEHUELCHES

"Elal enseño a los indios a hacer mantos de guanacos. Él dijo: tomen la piel de los guanacos y hagan mantos para cubrirse".

Así los  Tehuelches desarrollaron técnicas especiales empleando  pieles de guanacos,para confeccionar sus extraordinarias mantas; a las que llamaron quillangos o kai ajnun. 

 La habilidad y el conocimiento para tratar y coser las pieles, así como algunos de los diseños aplicados a los kai;  son de origen precolombino y dan testimonio de la habilidad artesanal de las mujeres de la tribu a quienes se llamaba "caperas" (realizadoras de  capas o mantos) y trabajaban de manera grupal

Estos bellísimos mantos se utilizaban llevando la parte interna del cuero hacia afuera  y el pelo hacia el interior; lo cual permitía mantener mejor el calor corporal 

Se utilizaban pieles de chulengos o  guanacos recién nacidos  Las mujeres estiraban cada piel sobre el suelo, haciendo pequeños agujeros alrededor del borde y estaqueándolas con madera de calafate a su alrededor.

Cuando las pieles se secaban los trataban con un raspador y se los sobaba para suavizarlos.

Luego se cortaban todas las partes que se iban a usar y se las acomodaban juntas en un solo kai (quillango), ubicándoles cabeza con cola, en un patrón de ensamblado.
y cosiéndolas mediante nervios de choique (ñandú)

  

Entonces los pintaban empleando palillos y  una serie de pigmentos de tipo mineral, vegetal y orgánico (por ejemplo sangre y carbón)

Los complejos motivos del diseño de estos mantos expresan la cosmovisión tehuelche y a menudo  presentan semejanzas con los motivos  laberintíformes de algunas de las pinturas rupestres  de la patagonia; y , como han observado los investigadores, la pintura y organización de las pieles podría representar un ordenamiento de figuras humanas y animales abstractas repetidas, interpretado como linajes genealógicos en muchos casos.

Una particularidad en el diseño de estos mantos es que en ellos nunca se emplean líneas curvas; sino solo rectas que apuntan a distintas direcciones 

 Cada familia, cada grupo social, cada edad y cada estado civil, tenía sus particulares diseños que lo identificaban, convirtiéndose el manto en un claro testimonio de la identidad de su portador 

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Tehuelche fue el nombre que le pusieron los mapuches a los pueblos que vivían en la pampa chilena y argentina, al norte del estrecho de Magallanes. Unos de los mitos que se crearon con la llegada de los primeros navegantes europeos fue la existencia de personajes gigantes a quienes llamaron patagones, dándole el nombre a la región. Estos “patagones” eran los mismos tehuelches, también llamados aonikenk. 

Los aonikenk (tehuelches meridionales), se encontraban en Santa Cruz y principalmente en las costas; los günün a küna se extendieron desde el centro de Chubut hasta Tandil, y los chehuache kenk habitaron cerca de la cordillera.
Los tehuelches fueron originariamente cazadores, añadiendo la pesca y la recolección de raíces, semillas-con las que hacían harinas- y mariscos. Básicamenta fueron cazadores seminómades, especializados en la caza del guanaco y del avestruz. Tras la araucanización (Proceso de influencia araucana en la patagonia), se intensificó el uso de la boleadora, que con el caballo resultó más efectiva para la caza.