jueves, 14 de marzo de 2013

METALURGIA PRECOLOMBINA PERUANA



   Un estudio  sobre la tecnología de la metalurgia precolombina peruana




metalurgia-peruana

Tomado de : http://tomasenlinea.com/2010/11/metalurgia-peruana/



Uno de los logros más admirados de las antiguas culturas peruanas es su metalurgia. A diferencia de las occidentales, que desarrollaron metales con fines utilitarios, y de los Mayas y Aztecas que no tuvieron metalurgia, las culturas andinas buscaron características estéticas. Hace más de 2,000 años los Mochicas perfeccionaron una técnica, originada en Chavín hace 2,800 años, que no fue igualada en Europa hasta el siglo XVIII. En Mina Perdida, en el valle de Lurín, se ha descubierto la metalurgia más antigua del continente, desarrollada hace más de 3,000 años.

Cuando los españoles fundían el oro inca, encontraban invariablemente que no era puro, con alto contenido de plata y cobre. Sin embargo estos objetos tienen superficies perfectas de oro puro, incluyendo sus bordes y esquinas. La adherencia del oro es tal que la delgada superficie no se pela ni separa a pesar de las intrincadas formas de los objetos. No se trataba pues de la aplicación de pan de oro ni de un baño. La única manera conocida en occidente que hubiera podido lograr esta aplicación sería por baño electroquímico, o electrólisis, inventada en Europa recién en el siglo XVIII. El primer estudio científico que logró reproducir la metalurgia Mochica, basada en la metalurgia de Chavín, fue hecho por la física y antropóloga Heather Lechtman, en el Instituto Tecnológico de Massachucetts (MIT).

Las superficies de oro puro de los artefactos son tan delgadas, por lo general entre 1 y 2 milésimas de milímetro, que, para ser observadas, requieren de un microscopio de 500 aumentos. Vistas así, muestran una extraordinaria uniformidad, producto de la aplicación de calor. Sometidas a exámenes químicos, se descubrió que el metal base es una aleación de cobre, plata y oro en proporciones variables. En algunos casos hasta un 40% de oro y en otros sólo 12%. Esta aleación conocida como “Tumbaga”, su nombre Caribe, donde llegaron los artefactos metálicos andinos, tenía sin embargo una superficie de oro puro. El único ejemplo similar existente en Occidente data del siglo XVIII, y está en las armaduras europeas doradas por medio del “agua regia” (mezcla de ácido nítrico y clorhídrico). Sabiendo que estos ácidos no existían en América, el equipo de MIT buscó otra solución.

Martillando una lámina en frío y templándola al calor, lograron hacer aflorar el cobre y oxidarlo al contacto con el aire. Luego, puesto en salmuera, se desprende el cobre, dejando una superficie rica en oro y plata. Luego de repetir varias veces el proceso, queda la superficie de puro oro y plata, en la misma proporción que tienen estos metales en la Tumbaga. Para obtener una superficie de oro puro los Mochicas desarrollaron un proceso adicional. Una vez eliminado el cobre, aplicaban a la superficie una capa de pasta corrosiva de sulfato férrico y sal, que disuelve la plata dejando sólo el oro en la superficie.

Los artefactos de oro del Señor de Sipán, bautizado por los arqueólogos “El Rey Tutankamon del Nuevo Mundo” son conocidos universalmente por su belleza y originalidad. Por otra parte han llamado la atención de los arqueólogos, tanto por su tecnología avanzada, como por el hecho de haber sido ésta desarrollada sin fines utilitarios. La explicación más razonable parece ser la importancia que atribuyeron los antiguos peruanos al brillo y estabilidad del oro. Según algunos, una consecuencia de la adoración del Sol, que asociaron con este metal.

El descubrimiento de sus procesos por los investigadores de MIT, llevado a cabo con piezas descubiertas en Loma Negra, cerca de nuestra frontera norte, tiene más de 25 años. Según estos investigadores, la metalurgia de los Mochicas tiene su origen en la de Chavín de hace 2,800 años y alcanzó su perfección entre los años 100 A.C. y 800 de nuestra era. Esta tecnología pasó a los Chimus, quienes la transfirieron a los Incas. Los descubrimientos más recientes hechos de Mina Perdida, en el valle de Lurín, muestran que los orígenes de la metalurgia de los antiguos peruanos se remontan aún más atrás.

Hasta ahora, la única muestra de hoja de oro martillada anterior al horizonte Chavín correspondía a Waywaka encontrada en 1970 en la sierra central del sur, pero el hallazgo de Mina Perdida ha retrocedido en el tiempo la historia de la metalurgia andina. A 25 kilómetros al sur de Lima y a 8 kilómetros de la costa, Mina Perdida tiene una pirámide de 22 metros de alto y dos plataformas laterales, que forman lo que fue un centro religioso. En este monumento los arqueólogos R.L Burguer y R.E Gordon, de la Universidad de Yale, encontraron láminas de oro martillado, sueltas, adheridas a artefactos de cobre y templadas al calor.

Las pruebas con carbono 14 han establecido la edad de los artefactos de Mina Perdida entre 3,120 y 3,020 años. Esto es, aproximadamente entre 1,020 y 1,122 años antes de nuestra era, lo cual antedata en varios siglos a los más antiguos artefactos de oro de Chavín. En un trabajo publicado en la revista Science por R.L. Burguer y R.E. Gordon hacen hincapié en tres características que la metalurgia andina mantendría por tres milenios: trabajar el metal en capas delgadas, la de dorar el cobre y el uso casi exclusivo de los metales para fines ceremoniales y religiosos. Una tecnología que se adelantó en 20 siglos al resto del mundo.




fuente:  TomasEnLinea  : http://tomasenlinea.com/2010/11/metalurgia-peruana/


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