jueves, 25 de octubre de 2012

POESIA PRECOLOMBINA



PEQUEÑOS CANTOS EN "LAS CASAS DEL CANTO"
 
 

Yo ,el cantor, yo creo un poema
hermoso como la esmeralda preciosa,
como una esmeralda brillante y resplandeciente
Yo me adapto a las modulaciones
de la voz armoniosa del tzinitzcan
como el tintineo de las campanillas,
el tintineo de las campanillas de oro
Así yo canto mi canción perfumada
semejante a una joya hermosa,
a una turquesa brillante,
a una esmeralda resplandeciente,
mi himno florecido en la primavera



Abro mis alas,
ante ellos lloro,
¿cómo iremos al interior del cielo?
 
¡Ah, si se viviera siempre, si nunca se muriera!
Vivimos con el alma desgarrada
hay sobre nosotros un estallar de rayos,
se nos acecha y espía
Vivimos con el alma desgarrada
¡Sufrase!
¡Ah, si se viviera siempre, si nunca se muriese!
 
¡Se irá tan sólo mi corazón
como las flores que fueron muriendo?
¿Nada mi nombre será algún día?
¿Nada mi fama será en la tierra?
¡Al menos flores, al menos cantos!
¿Cómo hará mi corazón para sobrevivir?
¡Ay, en vano pasamos por la tierra!
 
 
 
 
Yo el poeta, señor del canto,
yo, el cantor, hago resonar mi tambor
¡Ojalá mi canto despierte
las almas de mis compañeros muertos!
 
 
 
 
 
 
EL CUICACALLI,  LA CASA DEL CANTO.
 
 
Entre los Aztecas o Mexica, la música se enseñaba junto con la danza y la poesía en las escuelas denominadas Cuicacalli  ('Casa del Canto'). Los instrumentos musicales se guardaban en el mixcoacalli ('casa del dios del fuego').
La música, la danza y la poesía fueron considerados como un todo dentro de la práctica azteca. Se incluía en sacrificios, penitencias, ofrendas, ingestión de alucinógenos (péyotl, nanácatl) y otros tipos de hierbas.
En todo el Anáhuac existían “centros culturales” en los que los alumnos, mujeres y hombres, asistían por las tardes. Estas instituciones estaban ubicadas por lo general en el centro de la población y las niñas y doncellas partían en procesión, a la caída del sol desde su Ichpochcalli, que se ubicaba en el lado poniente de la población.
Los niños y muchachos lo hacían desde su telpochcalli, situado en la parte Oriente. Ambos lo hacían a la misma hora y entonando cantos e himnos religiosos, todos acompañados por sus maestros en disciplinada y solemne procesión.
 
En la lengua náhuatl,  no existía el concepto occidental de “arte”. Las expresiones artísticas estaban intrínsicamente ligadas a la concepción de la divinidad suprema, entendida como algo abstracto, que no se podía ver ni tocar, pero que era el medio por el cual el Espíritu se expresaba.
Este “lenguaje” era entendido como “flor y canto”, es decir, la belleza que significa el perfecto equilibrio del mundo material.
En la casa del canto, varones y mujeres realizaban  actividades artísticas de manera conjunta, tales como el baile, las representaciones que podríamos llamar “teatrales”, el canto, la ejecución de instrumentos musicales, la poesía, la oratoria, la pintura, la escultura, , el arte plumario, la talla de madera y muchas otras, dependiendo del lugar y el tiempo histórico.
 
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Textos precolombinos
 tomados de "Poesía Precolombina" Selección, traducción y notas de Miguerl Angel Asturias -edit. Fabril Editora S.A
 
Referencias acerca del Cuicacalli :
 
 
 
 
 

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