lunes, 10 de septiembre de 2012

"EL NEGRO" MAGICO DE TRES ZAPOTES


imagen tomada de:  Mario Gómez Molina. www.aztlanvirtual.com




El investigador Rodolfo Benavidez relata en su libro: "Cuando las piedras hablan, los hombres tiemblan" dos curiosos sucesos que le ocurrieron a él y a una periodista hace mas de treinta  años en el Museo y Casa de la Cultura de Santiago Tuxla (Veracruz- México)
En ese museo se encuentra una piedra  llamada la “Cabeza de Hueyapan”,  popularmente  conocida cono “El Negro"
Es un monolito labrado en forma  alargada, de una longitud aproximada a los dos metros en su parte visible, y  el otro de sus extremos enterrado en el piso. En el extremo visible  aparece  esculpida una cara de pómulos salientes, labios gruesos, nariz achatada y ojos que sugieren rasgos asiáticos. Aparece en actitud de mirar hacia el lejano horizonte
Dicha piedra  fue descubierta en la zona arqueológica Tres Zapotes, un lugar donde hubo en tiempos remotos un asentamiento olmeca, . Cabe recordar que una de las características de la cultura olmeca es la elaboración de cabezas colosales de basalto, de las cuales se han localizado dos en la zona de Tres Zapotes. Se cree que estas cabezas eran retratos de gobernantes olmecas, hombres sagrados o jugadores de pelota, y que se colocaban en centros ceremoniales.
Además de las dos cabezas colosales, en Tres Zapotes se han localizado muchos  monumentos de piedra, estelas y  esculturas
Pero lo  que más ha atrapado la curiosidad del público es esta famosa “Cabeza de Hueyapan”,  cuya  mole  colosal, que  pesa unas 20 toneladas,  fue  tallada en piedra volcánica, y de la cual  se  cuentan un sinfín de cosas curiosas y llenas de misterio.
 
¿Qué tiene de especial esta gran piedra tallada?. Muchos dicen que si la tocan , la piedra puede hacerles  revelaciones sobre su futuro; otros le atribuyen propiedades curativas; mientras que algunos le asignan  el poder de emitir fuertes descargas eléctricas.  Rodolfo Benavidez está de acuerdo con estos últimos y afirma que la piedra contiene una fuerte carga eléctrica de clase desconocida que se percibe  al tocarla con las manos ; ( si estas están mojadas, el efecto es mucho mayor). Él  relata la extraña experiencia que tuvo personalmente cuando, de manera inadvertida, apoyó una de sus manos sobre la piedra   durante más de un minuto:
 
"...sintió una rara sensación en todo el cuerpo, a la vez que en la mano que estaba sobre la piedra, sentía un choque eléctrico (...)Asimismo sintió que se le enfriaba esa mano hasta sentir dolor en ella, mientras palidecía su rostro. Luego le dolió intensamente la muñeca. El frío le subió por el brazo hasta llegarle a la cara y fue sintiendo un creciente mareo acompañado de fuerte aceleración en el palpitar del corazón. (...) Se vió obligado a sentarse a fin de no caer al suelo (...) y perdió instantáneamente la conciencia para ir luego recuperándola lentamente"
 
Algo similar le ocurrió a una periodista que, escéptica de lo que había ocurrido, apoyó a su vez  su mano sobre la piedra, burlándose
 
"El Negro", continúa relatando Benavidez, tiene en la cabeza un hoyo o cavidad que probablemente servía para echar allí, en tiempo de los Olmecas,  agua con la que  humedecerse las manos a fin de recibir  con mayor intensidad las descargas eléctricas.
El autor relaciona estos fenómenos con los de las curaciones magnéticas mediante la imposición de las manos y refiere una serie de curiosos fenómenos que le  sucedieron hasta varios días después del haber tocado al "Negro", permitiéndole comprobar   que la extraña carga eléctrica permanecía activa en el cuerpo, particularmente en las manos, durante un tiempo luego del contacto con la fuente emisora.





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