imagen tomada de: Mario Gómez Molina. www.aztlanvirtual.com
El investigador Rodolfo Benavidez relata en su libro: "Cuando las piedras hablan, los hombres tiemblan" dos curiosos sucesos que le ocurrieron a él y a una periodista hace mas de treinta años en el Museo y Casa de la Cultura de Santiago Tuxla (Veracruz- México)
En ese museo se encuentra una piedra llamada la “Cabeza de Hueyapan”, popularmente conocida cono “El Negro"
Es un monolito labrado en forma alargada, de una longitud aproximada a los dos metros en su parte visible, y el otro de sus extremos enterrado en el piso. En el extremo visible aparece esculpida una cara de pómulos salientes, labios gruesos, nariz achatada y ojos que sugieren rasgos asiáticos. Aparece en actitud de mirar hacia el lejano horizonte
Dicha piedra fue descubierta en la zona arqueológica Tres Zapotes, un lugar donde hubo en tiempos remotos un asentamiento olmeca, . Cabe recordar que una de las características de la cultura olmeca es la elaboración de cabezas colosales de basalto, de las cuales se han localizado dos en la zona de Tres Zapotes. Se cree que estas cabezas eran retratos de gobernantes olmecas, hombres sagrados o jugadores de pelota, y que se colocaban en centros ceremoniales.
Además de las dos cabezas colosales, en Tres Zapotes se han localizado muchos monumentos de piedra, estelas y esculturas
Pero lo que más ha atrapado la curiosidad del público es esta famosa “Cabeza de Hueyapan”, cuya mole colosal, que pesa unas 20 toneladas, fue tallada en piedra volcánica, y de la cual se cuentan un sinfín de cosas curiosas y llenas de misterio.
¿Qué tiene de especial esta gran piedra tallada?. Muchos dicen que si la tocan , la piedra puede hacerles revelaciones sobre su futuro; otros le atribuyen propiedades curativas; mientras que algunos le asignan el poder de emitir fuertes descargas eléctricas. Rodolfo Benavidez está de acuerdo con estos últimos y afirma que la piedra contiene una fuerte carga eléctrica de clase desconocida que se percibe al tocarla con las manos ; ( si estas están mojadas, el efecto es mucho mayor). Él relata la extraña experiencia que tuvo personalmente cuando, de manera inadvertida, apoyó una de sus manos sobre la piedra durante más de un minuto:
"...sintió una rara sensación en todo el cuerpo, a la vez que en la mano que estaba sobre la piedra, sentía un choque eléctrico (...)Asimismo sintió que se le enfriaba esa mano hasta sentir dolor en ella, mientras palidecía su rostro. Luego le dolió intensamente la muñeca. El frío le subió por el brazo hasta llegarle a la cara y fue sintiendo un creciente mareo acompañado de fuerte aceleración en el palpitar del corazón. (...) Se vió obligado a sentarse a fin de no caer al suelo (...) y perdió instantáneamente la conciencia para ir luego recuperándola lentamente"
Algo similar le ocurrió a una periodista que, escéptica de lo que había ocurrido, apoyó a su vez su mano sobre la piedra, burlándose
"El Negro", continúa relatando Benavidez, tiene en la cabeza un hoyo o cavidad que probablemente servía para echar allí, en tiempo de los Olmecas, agua con la que humedecerse las manos a fin de recibir con mayor intensidad las descargas eléctricas.
El autor relaciona estos fenómenos con los de las curaciones magnéticas mediante la imposición de las manos y refiere una serie de curiosos fenómenos que le sucedieron hasta varios días después del haber tocado al "Negro", permitiéndole comprobar que la extraña carga eléctrica permanecía activa en el cuerpo, particularmente en las manos, durante un tiempo luego del contacto con la fuente emisora.
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lunes, 10 de septiembre de 2012
"EL NEGRO" MAGICO DE TRES ZAPOTES
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