sábado, 9 de abril de 2011

Nosotros dos aún





Aire de fuego, no supiste jugar.
Arrojaste sobre mi casa una tela negra. ¿Qué es esa opacidad por todas partes ?.
Es la opacidad que ha tapado mi cielo.¿Qué es ese silencio por todas partes ?.
Es el silencio que hizo callar mi canto

De esperanzas me hubiera bastado un arroyito.
Pero te llevaste todo.
El sonido que vibra me fué quitado.

No supiste jugar
Atrapaste las cuerdas. Pero no supiste tocar
Lo destrozaste todo en seguida. Rompiste el violín.
Arrojaste una llama sobre la piel de seda para formar un horrible pantano de sangre.

Su felicidad reía en su alma.
Pero todo era un engaño. No duró mucho esa risa.

Ella estaba en un tren que rodaba hacia el mar.
Estaba en un cohete que enfilaba hacia las piedras.
Se abalanzaba aunque inmóvil sobre la serpiente de fuego que iba a consumirla;
y de pronto estuvo allí, sorprendiendo a la confiada mientras peinaba
su cabellera y contemplaba su dicha en el espejo

Y cuando vió que esa llama subía hacia ella, oh.......




Henri Michaux 
                                           (fragmentos)




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