viernes, 1 de noviembre de 2013

LAS EXTRAÑAS CAPSULAS MORTUORIAS DE KARAJÍA (PERÚ)



 
Hace unos 29 años un notable arqueólogo peruano, Federico Kauffmann, hizo públicas unas extrañas figuras de grandes dimensiones que aparecían ubicadas en el casi  inexpugnable filo de un farallón de roca calcácea, mirando hacia el abismo
 (Es necesario escalar 24 metros de pared rocosa vertical para  acceder al lugar  dónde las figuras están emplazados a más de 200 metros del fondo de la quebrada).



 Se trataba del último lugar de reposo de grandes señores que aún en la muerte se erigían imponentes, como vigilando el desarrollo de la vida




Se encuentran  en la región de Karajía , (distrito de Luya del Departamento de Amazonas, Perú) aquella  región de los Andes Amazonicos norteños  peruanos que fue  cuna de la antigua cultura Chachapoyas   Esta cultura amazónica inició el camino a su florecimiento durante el siglo I de nuestra era, y sus mejores construcciones las realizó entre los siglos IX y XV d.C.
Fue dificil para los incas el someterlos; sólo  despues de interminables y sangrientos enfrentamientos, los vencen en 1475, bajo el imperio de Túpac Yupanqui. Sin embargo, los Chachapoyas no se rindieron y constantemente se sublevaron.
El cronista Cieza de León nos dá algunas descripciones sobre los chachapoyas:

"Son los más blancos y agraciados de todos cuantos yo he visto en las Indias que he andado, y sus mujeres fueron tan hermosas que por serlo, y por su gentileza muchas de ellas merecieron ser de los incas y ser llevadas a los templos del sol "

Indomables y libres los chachapoyas, , tribus anteriores al dominio Inca, como dijimos, dejaron las huellas de su pasado en los lugares más insospechados y fueron tal vez la única cultura del mundo que creó para sus dignatarios muertos unos  extraños y enormes  sarcófagos.
De modo que,  cuidadosamente  protegidos por una envoltura de arcilla, como una gran cápsula mortuoria semejante al capullo que contiene en su interior a la crisálida de la mariposa que habrá de nacer luego de su transformación, los muertos reposan, como preparándose para su despertar

¿Era esto lo que pensaban los chachapoyas,? No lo sabemos; sólo sabemos que esos extraños sarcófagos fueron elaborados. hacia la mitad del primer milenio de nuestra era (la datación obtenida por radiocarbono al analizar los restos orgánicos de uno de ellos ,dio la fecha de 1460 d.C.)

Se trata  de altas esculturas ,( miden dos metros y medio de alto), carentes de brazos y piernas, son apenas cabeza y busto  formando una verdadera  cápsula funeraria de barro; es hueca  de paredes construidas con tierra arcillosa mezclada con piedras pequeñas, algunos retazos de madera y paja brava o ichu.

Solo las cabezas y parte del pecho no son huecas; están  modeladas en arcilla,  los rostros son planos y anchos,y presentan una nariz saliente, ganchuda, al parecer alusiva a un pico de un ave de rapiña. Originalmente, todos los sarcófagos de Karajía lucían sobre sus cabezas un cráneo ritual (cráneo trofeo) que les confería majestad. Tanto cuerpo como cabeza están decorados mediante  pintura roja de dos tonos, aplicada sobre una base blanca.  El pintado de cada sarcófago es diferente, los trazos nos indican la forma de los ojos, boca y hasta en algunos casos la vestimenta o el sexo; esta hipótesis la plantea el Investigador Federico Kauffman Los trazos con motivos geométricos tambien estan presentes en el cuerpo de varios de ellos



Su apariencia —cabeza, busto y cuerpo— evoca los contornos de un ser humano. Por ser su interior hueco, el sarcófago ofrece el espacio necesario para cobijar a un difunto ilustre: momificado, sentado y arropado con tejidos.Así, convertido en un bulto funerario, el difunto era emplazado en su respectivo sarcófago o cápsula funeraria.

Una cápsula que imita el aspecto que adopta el fardo funerario de la etapa Tiahuanaco-Huari (Horizonte Medio). Esto se constata de modo particular en lo que se refiere a la cabeza de los sarcófagos chachapoyas de Karajía, con sus mandíbulas exageradamente remarcadas, que al parecer calcaban las máscaras planas, de madera, plantadas por encima de los fardos funerarios Tiahuanaco-Huari.




Los sarcófagos chachapoyas presentan diversas modalidades, por su forma y por su tamaño. Su difusión se limita a la margen izquierda del río Utcubamba, pues es una forma de sepulcro que no se repite en el resto del territorio andino.

Por estar unidos lateralmente entre sí todos los sarcófagos, uno de ellos quedó abierto al desgarrarse su pared lateral, lo que permitió a los investigadores examinar su interior  sin necesidad de destruírlo. Dentro de él se encontraba una momia, sentada sobre un pellejo y envuelta en telas mortuorias. Objetos de cerámica y ofrendas diversas acompañaban al difunto.

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Entre los antiguos peruanos, el culto a los muertos tuvo gran importancia; numerosos rituales nos dan testimonio de ello . También se evidencia en el despliegue que pusieron en práctica esos pueblos antiguos para preservar el cadáver de sus familiares o dignatarios , momificándolos y construyéndoles  moradas destinadas a su  eterno descanso.
Todo esto por cuanto dominaba firmemente la idea de que, de corromperse el cadáver, ya sea por putrefacción u otro agente destructor, concluía también la vida que experimentaba el ser amado más allá de la muerte.

En Karajía cada sarcófago estaba destinado a sepultar a un solo individuo, el cual previamente era momificado, colocado en posición fetal o de cuclillas, envuelto con mantos de algodón formando un fardo y atado con cuerdas de junco o cabuya, para luego ser colocado mirando hacia el frente sobre un cuero de venado. Usualmente acompañaba al cuerpo ceramios y otros materiales que según la creencia de la época, iba a acompañar al alma en su viaje al más allá.


Los pobladores llaman en su lengua natal a estos sarcófagos Purunmachos o Purunmatshus que quiere decir Padre viejo, y se menciona que en ellos probablemente fueron sepultados los máximos jefes étnicos. En la parte principal de Karajía se han hallado evidencias de ocho sarcófagos, dos de los cuales están parcialmente destruidos.Existen sarcófagos en otros lugares de la región cachapoyas (Solmal, Yambata, Chipurik, Lic y Tingorbamba) pero estos son los mejor conservados.






Los artistas chachapoyas  tuvieron orfebres y tejedores muy diestros, pero sobre todo tuvieron grandes arquitectos que construyeron grandes edificaciones, como Kuélap, en la boca de la entrada al Marañón, u otras obras hechas en lugares de difícil acceso.





Por lo general los hacían en lugares altos, desde donde podían dominar el panorama; en la actualidad, los restos de sus construcciones se encuentran distribuidas en el valle del río Utcubamba

Para los entierros emplearon básicamente dos patrones funerarios: el mausoleo (pukullo o chullpa en quechua) y el sarcófago o purun-machu. o  “purunmachos”, como les dicen los lugareños de Amazonas, (de este último tipo son los sarcófagos de Karajía)



Cabe consignar que la costumbre de los chachapoyas de usar sarcófagos para enterrar a sus muertos, ataúdes cuya forma sigue el contorno de la figura humana, fue ya mencionada en el Mercurio Peruano en 1791. Esto llamó la atención de Louis Langlois (1939) y de los arqueólogos Henry y Paule Reichlen (1950). Después de ellos, esta particularidad de funeraria recibió poca atención de los estudiosos hasta que una expedición conducida por Federico Kauffmann Doig, en 1985, logró localizar, en el sitio de Karajía, el más importante grupo de sarcófagos hasta entonces conocido, el cual permanecía intacto y que  recién a partir de ese momento cobró conocimiento público
Esto nos lleva a reflexionar acerca de cuantos importantes testimonios de las antiguas culturas americanas permanecen aún desconocidos para nosotros




http://terraeantiqvae.com/profiles/blog/show?id=2043782%3ABlogPost%3A284739&commentId=2043782%3AComment%3A285114
http://piramidesdebosnia.com/2013/07/13/los-sarcofagos-de-karajia-cultura-chachapoyas/
 Federico Kauffmann Doig, Arqueólogo e historiador | El Comercio.pe
http://es.wikipedia.org/wiki/Sarc%C3%B3fagos_de_Caraj%C3%ADa




 

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