sábado, 13 de julio de 2013

¿HIPERBOREA, EN EL ORIGEN DE LA HUMANIDAD?



Las leyendas  de antiguos pueblos afirman que una civilización descendida de las estrellas, hace miles de años habría visitado nuestro planeta, cambiando para siempre la historia de la humanidad.

 


Esas mismas leyendas nos hablan de una tierra mágica a la que llamaban  Hiperbórea,  sus habitantes eran inmortales y habrían creado  una civilización conectada con un conocimiento superior
 Hiperbórea, cuentan , viene desde el inicio del tiempo, cuando en el cielo hubo una gran batalla entre Jehová, dios del mundo material, y las huestes espirituales de Lucifer. En esa batalla el espíritu quedó encadenado en la materia, dando lugar a una estirpe de seres semidivinos. Esta estirpe se halla desde entonces entre dos mundos,  en medio de una terrible confrontación cósmica
Fue tratando de ayudar a esos, sus  hijos semidivinos, que  los dioses crearon  Hiperbórea, un territorio  desde el que lucharían  para rescatar a los suyos de la cárcel de la materia.
Las leyendas agregan que cuando los dioses hiperbóreos debieron partir luego hacia su origen, más allá de las estrellas,  dejaron en la tierra un objeto  sagrado: el Gral o Grial. Este objeto, tiene la virtud de permitir a los espíritus caídos mantener el vínculo con el mundo de los dioses.


Se dice también que hace milenios el continente Ártico era un lugar de clima templado, con una fértil naturaleza, e  Hiperbórea estaba allí, aislada del mundo más allá del océano boreal. Pero en algún momento ocurrió un cataclismo planetario:
“...Aquel día remoto, aquella noche remota, aquel año,remoto... Cuando ocurrió el Diluvio
.Así narran las tablillas sumerias la epopeya babilónica del diluvio en el relato de Atra Hasis, su protagonista; los dioses, entonces,  dejaron la Tierra y sus descendientes, según la  tradición, se habrían dispersado por el mundo, aunque sus  huellas aparecerían  en civilizaciones como la egipcia,; la cultura de Nohenjo Daro, en el valle del Indo, las tierras regadas por el Tigris y el Éufrates y otras  diseminadas por el mundo, como Tiahuanaco en América.


La tradición  sitúa la patria de los hiperbóreos y su capital, Thule, en el extremo septentrión donde, se cree, debieron aterrizar los primeros seres llegados de las estrellas. Estos hiperbóreos proporcionaron la raza de  hombres  que se hundió con su continente cuando se produjo el cataclismo mundial o el “hundimiento de la Atlántida”.

El eje de la tierra se desvía, nacen las estaciones, la eterna primavera ártica dio paso a un clima frío, inhabitable. lnvoluciona la Segunda Tierra. La Primera Tierra pasa a ser la Tierra Interior, "hueca”.
. ”.



Cuando los divinos retornan, tras edades, encuentran todo cambiado. En la superficie hay seres extraños irreconocibles. Entonces,   los divinos mezclaron su sangre con los “hijos de la tierra”, transfiriéndoles el “fuego de los dioses” esto es, su sangre divina,  y entraron  en la Tierra Hueca, donde dieron forma al  Reino de Agartha



 

 

Las diferentes leyendas sobre Hiperbórea hablan siempre de un continente o isla que habría ocupado una parte de las regiones árticas actuales, antes de la modificación del eje terrestre, que implicó la segunda glaciación universal. Su civilización  debió florecer hace más de 60.000 años, durante el último período interglacial.
Los griegos conservaron el recuerdo de esta “Tierra del Sol Eterno” que se extendía “más allá del dios Bóreas”, señor del frío y de las tempestades. Piteas de Marsella, navegante del siglo V a. C. relata que llegó a una tierra que tocaba el círculo ártico. y que los habitantes de esas islas le declararon que si navegaba un día entero hacia el Norte, encontraría “el mar sólido”. (Aquella isla a donde había arribado Piteas se llamaba Thule)

Eurípides se refería a Hiperbórea como el “País del Ámbar”. Herodoto dice de Hiperbórea y de su capital Thule, "que es una isla de glaciares, situada en el gran norte donde viven unos hombres trasparentes"
Según la mitología griega los Hiperbóreos (“habitantes de mas allá del viento del norte), eran un pueblo pacifico, habitantes de  la región situada en las tierras septentrionales aún desconocidas, al norte de Tracia. Se les consideraba los hijos del dios Bóreas, el frío y terrible viento del norte.


De los hiperbóreos se decía que eran inmortales, además de ser descritos como gigantes, y de  costumbres primitivas. Sileno, en una de sus fábulas, decía que fueron los primeros hombres en ser visitados por los habitantes de otro continente más allá del océano que, asustados por lo que se encontraron, regresaron a su país y no volvieron más.

En el Libro de Enoch se cuenta que al comienzo, la tierra estuvo habitada por una raza de gigantes.
Los hijos de dios, pobladores del otro mundo, descendieron sobre la tierra y cohabitaron con las hijas de los hombres, de los gigantes, de los niphilim de la Biblia, sus descendientes son los héroes de la edad dorada y de la leyenda, los venidos del otro lado son los ángeles y arcángeles, quienes enseñaron a los hombres el uso del fuego, de las armas, la observación de las estrellas, la astrología y la magia. Es interesante consignar que estos ángeles no son asexuados, practican magia, observan el curso de los astros y al mismo tiempo conocen el uso de las armas .
Han llegado a la tierra al parecer, como derrotados en una guerra cósmica, como "caídos sobre la tierra" serán entonces los ángeles caídos vencidos en aquella guerra cósmica ocurrida en el comienzo, y son ellos los que sacan a la especie humana de su letargo, es en ese momento que el ser humano avanza

Los hiperbóreos, se narra en otras leyendas,  eran adoradores del dios Apolo, quien pasaba con ellos tres meses en Invierno. para rejuvenecerse. Algunos de los objetos sagrados del culto de Apolo en Delfos procedían de Hiperbórea  y habían sido traídos por jóvenes de aquel origen,  Herodoto cuenta que los mancebos y doncellas de Delfos antes de casarse, se cortaban el pelo y lo depositaban en las tumbas de estoa jóvenes , dichas tumbas se hallaban dentro del templo de Artemísa.
 
En el Libro de Enoch se nos cuenta que los hiperbóreos, habitantes del norte de la tierra, son los hijos de las inteligencias del otro lado; se les describe de piel blanca como la nieve, rosada como pétalos transparentes, sus cabellos son  blancos como la lana y sus ojos, azules como el cielo
 
Existírían  así dos humanidades: una, la descendiente de los hombres y otra, mezclada con los seres del cielo .
Son curiosas las referencias acerca de que aun existe  Thule, la capital de los hiperbóreos, y que allí viven los grandes maestros que guardan el sagrado secreto de las inteligencias desconocidas; también resulta curiosa la teoría que afirma que cerca de Hiperbórea, o tal vez en el mismo continente, se encontraba  la Atlántida como una península que permitiría  la comunicación entre Hiperbórea y América, de ahí las menciones de tula o tule por los toltecas, olmecas y mayas, que decían proceder de thule. (Los aztecas en sus leyendas hablan de una Tula, una isla maravillosa que existió en el Atlántico).
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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