"Era la principal fiesta y a ella concurrían «los curacas, señores de vasallos, de todo el imperio [...] con sus mayores galas y invenciones que podían haber». La preparación era estricta, pues en los previos días no comían sino un poco de maíz blanco, crudo, y unas pocas de yerbas que llaman chúcam y agua simple. En todo este tiempo no encendían fuego en toda la ciudad y se abstenían de dormir con sus mujeres». Para la ceremonia misma, las virgenes del sol preparaban unos panecillos de maíz Ese día, el soberano y sus parientes esperaban descalzos la salida del sol en la plaza. Puestos en cuclillas (que entre estos indios es tanto como ponerse de rodillas) con los brazos abiertos y dando besos al aire, recibían al astro rey. Entonces el inca, con dos vasos de oro, brindaba la chicha: del vaso de la izquierda bebían sus parientes; el de la derecha era derramado y vertido en un tinajón de oro».
Garcilaso de la Vega
Cada año, el 24 de junio, en Cusco (Perú) se realizaba la festividad del Inti Raymi Esta fue creada por los Incas como la Gran Fiesta del Sol, la consagración de la unión entre el sol y sus hijos, los seres humanos. Fue la ceremonia más importante del Tawantinsuyu (el Imperio Inca) que basó toda su religión en el culto del sol.
El 24 de junio los incas celebraban el solsticio del invierno, el principio del Año Nuevo de Sur . (El solsticio, desde el punto de vista astronómico comienza el 21 de junio, pero según el Pacha Unachaq , el 24 de junio fue el proclamado por los Amautas como el del Año Nuevo )
Cuando se acercaba esa fecha, para propiciar al sol la población hacia tres días de ayunos, y se apagaban todos los fuegos del imperio, quedando prohibido el encender nuevo fuego hasta que llegara Raymi.
Entonces en las primeras horas del 24 de junio, siendo aun noche cerrada, todos se congregaban en la plaza Aucaypata (hoy Plaza de Armas de Cusco ) esperando el orto del sol. El Inca y su noble comitiva también estaban allí esperando esa aparición del primer rayo del sol. Este era saludado con música y aclamaciones, mientras el Inca libaba licor de maíz en copa de oro.
Luego todos se dirigían al templo de Coricancha donde se adoraba al Sol y los Curacas entregaban las ofrendas que habían traído de sus tierras y, otra vez todos en la plaza, se sacrificaban los animales que habían sido llevados a tal fin desde todos los puntos del Imperio, al último (de color negro) le extraían el corazón para leer los augurios.
La celebración finalizaba con la "ceremonia del fuego nuevo"; un acto en que, mediante una especie de espejo cóncavo, se recibían los rayos del sol de modo que se prendiera el primer fuego del primer día del año (los Incas contaban los meses del año a partir de ese mes de junio - el ancay caxqui - primer mes de su calendario) y se repartía la carne de los animales sacrificados, junto con la chicha a toda la población iniciándose festejos que duraban varios días
El último Inti Raymi con la presencia del Inca fue realizado en 1535; y ya en 1572 fue prohibido por los españoles aunque se siguió realizando en la clandestinidad
Fue recién en 1944 que volvió a escenificarse mediante una reconstrucción histórica basada an las crónicas de Garcilaso de la Vega .
Desde esa fecha en adelante, la ceremonia vuelve a ser un evento público y de atractivo turístico
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