lunes, 5 de noviembre de 2012

GAIA: LA GRAN MADRE Y SU VENGANZA



"Primero fue el caos, luego la Tierra de ancho pecho..." 
 
 ( Hesíodo: Teogonía)
 
 
 
imagen tomada de http://www.redbubble.com/people/artbydrew/works/2494970-gaia
 
 
"Nosotros deberíamos ser el corazón y la mente de la Tierra, no su perturbación. Entonces, seamos valientes y paremos de pensar solamente en los derechos y las necesidades de la Humanidad y asumamos que nosotros herimos a la Tierra y precisamos hacer las paces con Gaia."
 
del libro "La venganza de Gaia" de Dr. James Lovelock
 
 
 
En 1969  el Dr. James Lovelock, un científico   británico, en colaboración con la bióloga estadounidense Lynn Margolis,  postularon la teoría de que la Tierra es un organismo vivo que respira. Se habló entonces de la "Hipótesis Gaia" en referencia a Gaia, la Madre Tierra que, según el escritor griego Hesíodo, extrajo al mundo viviente del caos
 
 
Las raices de la Diosa Gaia (como mito) están enterradas en lo más profundo del pasado de la humanidad; antes que los griegos, antes que los egipcios y antes aún que los babilonios ya se adoraba a la Tierra
Entre los años 8000 a 7000 a.C,  en las primeras comunidades agrícolas del Cercano Oriente aparecen numerosas figuras de arcilla que parecen corroborar las teorías de que  dichas comunidades se articulaban centradas en la adoración a una Diosa Madre Tierra
 
Gaia, el arquetípo de la fertilidad, aparece como Madre y Orígen de toda vida en el mundo: de su cuerpo salieron los dioses del Olimpo y sus descendientes y también las montañas y los ríos, los bosques y cañadas y toda planta y todo animal
Gaia encarna a todas las criaturas de la tierra; su cuerpo es la Naturaleza . Todo aquél que este conectado con el anima mundi o "alma del Mundo" se encuentra en íntima conexión con Gaia; entonces es capaz de percibir cualquier situación discordante que ocurra en la tierra 
 
 
En relación con este antiquísimo arquetipo de vida y fecundidad la "Hipótesis Gaia" desarrollada  por Lovelock y Margolis en 1969, postula que la vida fomenta y mantiene unas condiciones adecuadas para sí misma, afectando al entorno.
Según la hipótesis de Gaia, la atmósfera y la parte superficial del planeta Tierra se comportan como un todo coherente donde la vida, su componente característico, se encarga de autorregular sus condiciones esenciales tales como la temperatura, composición química y salinidad en el caso de los océanos. Gaia se comportaría como un sistema auto-regulador (que tiende al equilibrio).
 
Fundamentalmente la hipótesis de Gaia lo que propone es que dadas unas condiciones iniciales que hicieron posible el inicio de la vida en el planeta, ha sido la propia vida la que las ha ido modificando, y que por lo tanto las condiciones resultantes son consecuencia y responsabilidad de la vida que lo habita.
 
Es una teoría revolucionaria que integró la teoría de la evolución y la geología, definiendo a nuestro  planeta  como un organismo autorregulador cuya finalidad es albergar vida.
Lo que en un principio parecía ser una simple hipótesis se convirtió en una teoría  actualmente aceptada por la comunidad científica como Ciencias del Sistema Tierra

La Hipótesis Gaia es contraria a la tesis común que afirma que la vida se adapta a las condiciones del planeta existentes y que la vida y el planeta evolucionan de forma separada.
La teoría de Gaia se refiere a la Tierra como un organismo autorregulador compuesto por los océanos, las rocas de la superficie, la atmósfera y los seres vivos, formando un sistema que evoluciona conjuntamente, y cuyo objetivo es la regulación de las condiciones de la superficie en función de su habitabilidad, en función de la vida.
 
La conclusión de que la Tierra es una entidad dinámica en la que lo vivo y lo inerte está relacionado y que posee una autorregulación climática y química constituyó la base de la Declaración de Ámsterdam en 2001.
 
 
Ahora bien; en febrero del 2006 el Dr. James Lovelock, uno de los creadores de la Hipótesis Gaia publicó un escrito : "La venganza de Gaia" dónde intenta advertirnos  acerca del peligroso futuro de la humanidad:
 
El mundo ha sobrepasado el punto de no retorno en el cambio climático y la civilización tal y como la conocemos ahora es poco probable que sobreviva, sostiene, y sugiere que los esfuerzos por neutralizar el calentamiento global no tendrán éxito y que, de hecho, ya es demasiado tarde.

Según él, el mundo y la sociedad humana se enfrentan a un desastre de mucho mayor envergadura y a un ritmo más rápido del que casi nadie se da cuenta. El dice: "antes de que acabe este siglo, billones de nosotros morirán y las pocas parejas de personas que sobrevivan vivirán en el Artico donde el clima se mantiene tolerable."
Al hacer semejante declaración, mucho más pesimista  que ninguna de las efectuadas por un cientifico de importancia internacional comparable, el Profesor Lovelock admite que se está arriesgando.
Pero como el hombre que ha concebido la primera forma holística de mirar la vida en la Tierra desde Charles Darwin, Lovelock siente que su propio análisis de lo que está pasando no le deja elección. Lovelock cree que es el propio mecanismo autoregulador de Gaia  el cual,  perversamente, se asegurará de que el calentamiento no pueda controlarse.
Esto es debido a que el sistema contiene miríadas de mecanismos de retroalimentación que en el pasado actuaron conjuntamente para mantener la Tierra mucho más fría de lo que de otro modo estaría. Ahora, sin embargo, se unirán para amplificar el calentamiento que está siendo causado por actividades humanas tales como el trasporte o la industria, a traves de inmensas emisiones de gases con efecto invernadero, tales como el dioxido de carbono (CO2).
 
Esto significa que las consecuencias dañinas de que los seres humanos deterioren el sistema ancestral de regulación del planeta vivo no serán lineales, en otras palabras, se acelerarán descontroladamente.

Lovelock denomina este fenómeno 'La venganza de Gaia' y la examina en detalle en su libro
Lo singular del punto de vista de Lovelock es que es holístico más que reduccionista. Aunque es un partidario comprometido de la investigación actual sobre cambio climático,  él no mira los aspectos inviduales de cómo se comporta el clima como inevitablemente hacen otros científicos. Más bien, Lovelock observa cómo se comporta todo el sistema de control de la Tierra cuando está bajo stress. 
 
 Las preocupaciones de Lovelock se han venido incrementando a medida que la evidencia del calentamiento climático fue aumentando.
Ahora su preocupación ha alcanzado un pico - y tiene un nuevo énfasis. En vez de pedir formas nuevas de neutralizar el cambio climático, Lovelock está pidiendo a los gobiernos en Gran Bretaña y en todo el mundo que empiecen a prepararse a gran escala para sobrevivir lo que ahora ve como inevitable, en sus propias palabras 'un infierno de clima', que en Europa será probablemente 8ºC más caliente de lo que es hoy.

En el último capítulo de su libro, Lovelock escribe: "¿Qué debería estar haciendo ahora cualquier gobierno europeo sensato? Creo que tenemos pocas opciones más que prepararnos para lo peor, y asumir que hemos superado el umbral".

Lovelock continúa: "Tenemos que tener en cuenta el ritmo sobrecogedor del cambio y comprender que nos queda poco tiempo para actuar, y luego, cada nación y comunidad deben descubrir el mejor uso para los recursos con que cuentan para sostener a la civilización tanto tiempo como puedan". Lovelock cree que los gobiernos del mundo deberían planificarse para garantizar los suministros de alimentos y energía durante el calentamiento global así como defensas contra el aumento esperado de los niveles del mar. La visión de este científico en cuanto a lo que la sociedad humana podría quedar reducida debido al cambio climático es "una chusma desesperada dirigida por señores de la guerra brutales".
 
Lo que dice el Dr. James Lovelock: 
"La Enfermedad de Gaia
 
." Mi teoría de Gaia dice que la Tierra se comporta como si estuviese viva, y cualquier cosa viva puede gozar de buena salud o enfermarse.
Gaia me convirtió en un médico planetario y yo tomo mi profesión en serio. Ahora, también debo traer las malas noticias.
Los centros de climatología diseminados por el mundo, que son los equivalentes de los laboratorios de patología de los hospitales, han relatado las condiciones físicas de la Tierra, y los climatólogos encuentran que ella está gravemente enferma, a punto de pasar a un estado de fiebre mórbida que puede durar hasta 100 mil años.
Y yo preciso decirles, como familiares de la Tierra y parte integrante de ella, que ustedes y la civilización en especial están en grave peligro.
Nuestro planeta se ha mantenido saludable y apto para la vida, así como un animal, durante más de 3.000 millones de años de su existencia. Fue mala suerte que nosotros hayamos comenzado a contaminarlo en una época donde el Sol está caliente en demasía.
Nosotros le causamos fiebre a Gaia y seguidamente su estado va a empeorar hacia algo parecido a un estado de coma. Ella ya estuvo así antes y se recuperó, pero eso tomó más de 100 mil años.
Nosotros somos los responsables y nosotros vamos a sufrir las consecuencias: durante el transcurso de este siglo, la temperatura subirá 8° C en las regiones templadas y 5° C en los trópicos.
Buena parte de las tierras tropicales se tornará arbustos espinosos y desierto, y no servirá más para la regulación del clima; eso se suma al 40% de la superficie terrestre que nosotros ya devastamos para producir nuestro alimento.
Curiosamente, la contaminación por aerosoles (partículas diminutas) en el hemisferio Norte reduce el calentamiento global al reflejar la radiación solar de vuelta al espacio.
Ese "apagamiento global" es transitorio y puede desaparecer en pocos días junto con el humo que lo carga, dejándonos expuestos al calor de la estufa global.
Estamos en un clima de locos, refrescado accidentalmente por el humo, y antes del final de este siglo millones de nosotros moriremos y las pocas parejas fértiles que sobrevivan estarán en el Ártico, donde el clima continuará tolerable.
 
Al no percibir que la Tierra regula su clima y su composición, nosotros cometimos la burrada de intentar hacerlo nosotros mismos, actuando como si estuviésemos al comando.
Al hacer eso, nos condenamos a nosotros mismos al peor estado de esclavitud. Al elegir ser los guardianes de la Tierra, fuimos responsables por mantener la atmósfera, los océanos y la superficie terrestre aptos para la vida.
Una tarea que después hallaríamos imposible –y era algo que, antes de haber tratado a Gaia tan mal, ella hacía para nosotros.
Para entender cuán imposible es la tarea, piensen sobre cómo ustedes regularían su temperatura y la composición de su propia sangre.
Quien tiene problemas renales conoce la dificultad diaria inagotable de ajustar su ingestión de agua, sal y proteínas. La muleta tecnológica de la diálisis ayuda, pero no es un substituto de los riñones saludables.
Mi  libro, La Venganza de Gaia , expande esas ideas, pero ustedes todavía pueden preguntar por qué la Ciencia demoró tanto para reconocer la verdadera naturaleza de la Tierra.
Pienso que es porque la visión de Darwin era tan buena y tan clara que demoró hasta ahora para que ella fuese digerida.
En la época de él, poco se sabía sobre la química de la atmósfera y de los océanos, y había poca razón para que él imaginase que los organismos modificaban su ambiente además de adaptarse a él.
Si en esa época se hubiese sabido que la vida y el ambiente están tan compenetrados, Darwin habría visto que la evolución no envuelve apenas a los organismos, sino a toda la superficie del planeta.
Entonces nosotros podríamos haber visualizado a la Tierra como un sistema vivo, habríamos sabido que no podemos contaminar el aire o usar la piel de la Tierra –sus océanos y sistemas forestales- como una mera fuente de productos para alimentarnos y amoblar nuestras casas.
Habríamos sentido instintivamente que esos ecosistemas deben ser mantenidos intocados porque ellos son parte de la Tierra viva.
 
Entonces, ¿qué hacer? Primero, precisamos tener presente la velocidad espantosa del cambio y darnos cuenta de cuan poco tiempo queda para actuar.
Entonces, cada comunidad y nación precisará usar de la mejor forma los recursos que tienen para sustentar la civilización lo máximo que puedan.
La civilización usa la energía intensamente, y no podemos desconectarla de forma abrupta; es preciso tener la seguridad de un aterrizaje amortizado.
Aquí, en las islas británicas, nosotros estamos acostumbrados a pensar en toda la Humanidad y no apenas en nosotros; el cambio ambiental es global, pero precisamos lidiar con las consecuencias de él aquí.
Infelizmente nuestra nación está tan urbanizada que se parece más a una gran ciudad y tenemos apenas una área pequeña de agricultura y bosques.
Dependemos del mundo del comercio para nuestro sustento; y el cambio climático nos negará abastecimientos constantes de comida y combustible del exterior.
Nosotros podríamos producir comida suficiente para alimentarnos según la dieta de la 2ª Guerra, pero la noción de que hay Tierras sobrando para plantar bio-combustibles o para alojar usinas eólicas es ridícula.
Pocos Sobrevivientes 
Nosotros haremos lo posible para sobrevivir, pero infelizmente yo no consigo ver a los Estados Unidos o a las economías emergentes de China y de India retrocediendo en el tiempo –y ellas son las mayores fuentes de emisiones. Lo peor va a suceder, y los sobrevivientes se tendrán que adaptar a un clima infernal.
Tal vez lo más triste sea que Gaia perderá tanto o más que nosotros. No sólo la vida salvaje y ecosistemas enteros serán extintos, ocurre además que en la civilización humana el planeta tiene un recurso precioso.
No somos meramente una enfermedad; somos, por medio de nuestra inteligencia y comunicación, el sistema nervioso del planeta. A través de nosotros, Gaia se vio desde el espacio y comienza a descubrir su lugar en el Universo.
Nosotros deberíamos ser el corazón y la mente de la Tierra, no su perturbación. Entonces, seamos valientes y paremos de pensar solamente en los derechos y las necesidades de la Humanidad y asumamos que nosotros herimos a la Tierra y precisamos hacer las paces con Gaia.
Precisamos hacer eso mientras somos lo bastante fuertes para negociar, y no una horda corrupta liderada por brutales señores de la guerra. Encima de todo, precisamos recordar que somos parte de ella y que ella es de hecho nuestro hogar.  "

 
 


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