Sólo hay, en el mundo, un templo: el cuerpo humano.
Nada es tan sagrado como esa forma sublime.
Inclinarse ante un hombre es rendir homenaje a la revelación en la carne.
Cuando tocamos un cuerpo humano, tocamos el cielo.
de "Los Fragmentos"
Federico von Hardenberg - Novalis -
(1772 - 1801)
imagen : pintura de Alex Grey
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