Texto tomado de "América Indígena" http://americaindigena.com/snodgr.htm
Publicamos por su interés este texto de Adrian Snodgrass,
arquitecto y profesor de la Universidad de Sidney, Australia, perteneciente al
apartado "Mesoamerican Architecture" de su obra en dos volúmenes
Architecture, Time and Eternity, Aditya Prakashan, New Delhi
1990. En algún caso no coincide el año de publicación citado en nota con el que aparece en la bibliografía, lo cual sucede en la ed. india del original. |
Los aztecas tenían dos calendarios.1 Uno, basado en el año
solar,2estaba dividido en 18 períodos de 20
días, que totalizaban 360 días, con un resto de 5 días no computados y sin
nombre, a los que llamaban nemontemi, que se traduce libremente como
"ellos contemplan provechosamente la cuenta del año"3. Los 20 días son las huellas de los dioses, representaciones simbólicas
de la peregrinación espiritual del hombre, 20 pasos subiendo y bajando una
escalera, a partir de su vida en el seno materno en el primer día y del
nacimiento en el segundo día, a través de los estados de la vida que conducen
hacia la muerte en el sexto día. En el día séptimo el peregrino vence a la
muerte, y entonces debe descender en el averno, del que empieza a ascender el
día duodécimo, subiendo peldaño tras peldaño y día tras día hasta unificarse con
la divinidad en el día vigésimo y final.4De manera que el número 20
es de conclusión y realización o sea, de plenitud, y adecuado para organizar la
estructura interior del año, puesto que éste es la conclusión del ciclo del sol.
Cada período de 20 días formaba un ciclo ritual que en el día vigésimo culminaba
en un festival. Cuatro años de este calendario solar se combinaban para
constituir un año divino, cuyo término era celebrado con minuciosos rituales
dedicados a Quetzalcóatl.5
El segundo de los dos calendarios tenía como base el año
sagrado (tonalpohualli), que incluía el número de la conclusión, el 20, y
el número 13, para totalizar un año de 20 x 13 = 260.6El 13 es un número sagrado y su uso conciliaba simbolismos cosmológicos
y temporales: el cosmos azteca cuenta 12 cielos uno encima del otro, los cuales,
junto con el nivel de la tierra, forman 13 niveles que conducen hasta la cima
celeste y la morada del Dios del Cielo.7El ciclo formado por 20 x
13 = 260 días se reflejaba en un ciclo mayor formado por períodos de 20 años
determinados por la conjunción de Júpiter y Saturno. Un ciclo mayor, de 260
años, era el constituido por trece de estos ciclos de Júpiter-Saturno, de 20
años, cada uno con un carácter específico determinado por la serie de ángulos
formados por los dos planetas.8
Tonalpohualli significa "cómputo de días-signos" y el
año sagrado de 260 días resultaba de la rotación de los números 1 a 13 en un
conjunto de 20 días-signos, repitiéndose ambos conjuntos en un orden determinado
e inmutable. Los dos ciclos se engranan como si fueran dos ruedas dentadas, una
de 13 dientes y la otra de 20 dientes, que giran formando diferentes
combinaciones de números y días-signos, con una combinación que se repite cada
13 x 20 = 260 días (Figura nº 1). Se consideraba que cada día aislado,
correspondiente al ciclo de 260 días, era un dios individual, de augurio bueno o
malo, auspicioso o poco propicio.9El día de nacimiento de una persona
era su día-signo (tonalli), que determinaba muy minuciosamente su
destino. El año sagrado era una "danza de los dioses, una 'contradanza' cuyas
incesantes uniones y separaciones producían toda clase de significados y
combinaciones de significados posibles."10
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NOTAS | |
1 | En lo que se refiere al calendario azteca y sus conceptos sobre el tiempo, ver Brundage, 1979, 13 y siguientes; Burland y Forman, 1975, 32-35; Campbell, 1974, 150; Ingham, 1971, 623-624; Soustelle, sin fecha, 100-103; Burland, 1967, 81-86; Vaillant, 1962, 154-164; Nicholson, 1967, 43-53; Berthelot, 1937, 582-587; Morley, 1946, 230-237, 256-260; Hunt, 1977, 184 y siguientes; Gibbs, 1977; Coe, sin fecha, 170 y siguientes; Broda, 1982, 83 y siguientes; Aveni, 1979c, 275 y siguientes; y Tompkins, 1976, 290. |
2 | La palabra náhuatl para "año", xihuitl, significa literalmente "follaje"; su significados secundarios son: "verde" y "la turquesa" (el jeroglífico azteca de "año" era el mismo que el correspondiente a "turquesa tallada"). Evidentemente, el vocablo se refiere a la rotación del año y a la primavera recurrente. Ver Brundage, 1979, 13. |
3 | Ibid., 14. En lo que se refiere a cómo se ajusta el año al finalizar los períodos de 4 y 52 años, ver Burland y Forman, 1975, 34. |
4 | Nicholson, 1967, 51-52. |
5 | Burland y Forman, 1975, 14. Brundage, 1979, 14-15, brinda una lista de los 18 "meses" con sus nombres y deidades correspondientes. |
6 | En páginas 556 y siguientes [Snodgrass: Architecture, Time and Eternity] se da una posible explicación de lo que el número 260 significa. |
7 | Brundage, 1979, 18. |
8 | Tompkins, 1976, 290. |
9 | Morley, 1946, 230-237, Tompkins, 1976, 289-290. |
10 | Brundage, 1979, 19. |
11 | Morley, 1946, 236. |
12 | Aveni, 1979b, 161. Más específicamente, el comienzo del nuevo ciclo de 52 años lo señalaba el paso de Alción por el cenit 13 días después de Aldebarán (Burland, 1967, 84). El paso de Aldebarán por el cenit (se lo llamaba la "Estrella Incendiaria") era la señal para preparar el sacrificio. Ver Burland y Forman, 1975, 34; Berthelot, 1934, (44, 3), 586; Broda, 1982, 83. Los indios chortís y lacandones todavía usan las Pléyades para marcar su año agrícola (Coe, 1975, 24). |
13 | Un glifo alternativo del "atado (o haz) de años" es un brasero y una vara, como aparece en la figura que se acompaña (Morley, 1946, 236). |
14 | Se cuenta cómo es este mito en la página 532. [Ibid.]. |
15 | Brundage, 1979, 25-27. |
16 | Coe, 1975, 23-24. Lévi-Strauss, 1969, 224-245, muestra cómo las Pléyades determinan las estaciones. Para los indios navajos, el grupo de las Pléyades fue el signo del Dios del Fuego (o Dios Negro) que creó todas las estrellas. |
17 | Compárese el simbolismo del Hogar en Grecia y Roma, que hemos analizado en el capítulo 22 de esta obra. [Ibid.]. |
18 | El Itzamná de los mayas. |
19 | Coe, 1975, 8-10. León-Portilla, 1963[?], ofrece un minucioso análisis de Xiuhteuctli como dios creador masculino-femenino. |
20 | Véase el Buda, quien al nacer da siete pasos hacia la cima del universo y se proclama "el más viejo del universo", lo cual equivale a decir, el origen prístino de todos los tiempos. Ver Snodgrass, 1981[?], 40, 242 y siguientes y 275 y siguientes [275 y sigs. en Snodgrass, 1992]. |
21 | Véase Hestia o Vesta, la diosa del hogar, quien de manera parecida primaba en el sacrificio de los antiguos griegos y romanos. Ver página 244 de esta misma obra. [Ibid.]. |
22 | Brundage, 1979, 22-25. |
23 | Ibidem. En cuanto a correlaciones con las cuatro direcciones, ver página 535 y siguientes de esta misma obra. [Ibid.]. |
24 | En algunos contextos, la cima de la bóveda celeste; en otros, la Estrella Polar. Burland, 1967, 115. |
25 | Ibidem, 119. |
26 | Brundage, 1979, 6-7. |
27 | El ciclo de las noches se vincula con el año solar de 18 noches (=2 x 9) x 20 = 360 días. Sin embargo, no se vincula con el ciclo de 260 días. |
28 | Por supuesto, se trata del ciclo aparente o sinódico de Venus. La órbita de Venus alrededor del sol se completa en 225 días. Ver Aveni, 1979c, 275-276. |
29 | Coe, Michael D.: The Maya, London, Times and Hudson, 1966, 159. |
30 | Fuson, 1969, 503-504. Puesto que el ciclo real de Venus es de 583,92 años, los aztecas y los mayas omitían 4 días cada 61 años de Venus para retener la coincidencia con los otros ciclos. |
31 | Nicholson, 1959, 98; Burland, 1967, 149. |
32 | Seler, 1904, 359-360. |
33 | Séjourné, 1960, 54. En cuanto a otros mitos sobre Quetzalcóatl, ver Thompson, 1971[?]. |
34 | Coe, 1975, 19-20. "En México central, Venus como la Estrella Matutina tenía muchísimo en común con Mixcóatl-Camaxtli, un dios complejo, asociado con cazadores del Norte conocidos como 'chichimecas' y, especialmente, con el sacrificio de cautivos..." (Ibid., 20; véase Nicholson, 1971, 426-427). |
35 | Tompkins, 1976, 80. El Códex Maya de Dresden da un registro completo de la aparición de Venus como Estrellas Matutina y Vespertina. Esto se ofrece pormenorizadamente en Aveni, 1979c, 276-278; véase Aveni, 1979b, 158-161. Venus tenía distintos nombres; por ejemplo, "Gran Estrella", "Estrella Roja", "Estrella Brillante", "Compañera de la Aurora" y "Estrella Avispa". Motolinia (citado por Nuttall, 1904, 498) dice que "después del sol, ellos adoraban y hacían más sacrificios a esta estrella que a cualquier otra criatura celestial o terrestre" y que "sabían qué día aparecería nuevamente en el Este después de perderse o desaparecer en el Oeste...; contaban los días de acuerdo con esta estrella, y la reverenciaban ofreciéndole sacrificios". Fray Bernardino de Sahagún, historiador del siglo XVI (citado en Aveni, 1979b, 158) dice que cuando esta estrella hacía su aparición en el Este, ellos (los aztecas) sacrificaban cautivos en su honor, ofrendándole sangre y lanzándola con sus dedos hacia esta estrella", y también que "llevaban un registro tan exacto de los días en que ella aparecía y desaparecía que nunca cometían un error". Ver Aveni, 1979c, 274. |
Aveni, Anthony F. (1975):
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