Fue datado con la prueba del Carbono 14 y se comprobó su autenticidad (adjudicándosele el haber sido elaborado entre los años 1404 y 1438, en Europa según se cree, ) pero nadie ha podido aun descifrar el idioma en que está escrito, ni el significado de sus imagenes; y aunque fue minuciosamente estudiado por diversos especialistas, nadie logró tampoco descifrar ni una sola palabra de él.
Está compuesto por alrededor de 240 paginas escritas sobre pergamino (algunas se han perdido) Son diversas secciones con textos, ilustraciones y varios diagramas circulares; entre ellos se pueden ver símbolos astrológicos en una serie de 12 diagramas que muestran las constelaciones zodiacales, cada una rodeada por 30 miniaturas de mujeres desnudas que sostienen cada una una estrella.
En otras ilustraciones aparecen mujeres conectadas a lo que parecen tuberías. Determinados recipientes, tubos y retortas allí representados sugerirían un tratado alquímico
En otra sección del extraño manuscrito aparece un herbario; pero curiosamente muchas de las plantas que allí fueron dibujadas no existen o estan compuestas por diferentes partes de otras plantas distintas; y mas aun, algunas raices de las plantas llevan garras, y otras, ojos.
Algunos investigadores atribuyen esta obra al fraile franciscano Roger Bacon. Su primer dueño comprobado fue Georgius Barschius, un alquimista de Praga
pero, en base a la naturaleza de las ilustraciones, los expertos lo han dividido tentativamente en
cinco partes, denominadas Herborística, Astronómica, Biológica, Farmacéutica y Recetario
Este Manuscrito Voynich tiene una gran semejanza con un manual medieval de alquimia o
magia: a pesar de que el idioma y los caracteres son desconocidos, muchas de las ilustraciones están relacionadas con símbolos y encantamientos utilizados en dichos textos alquímicos Aunque el manuscrito fue estudiado durante mucho tiempo por diversos lingüistas, ninguno ha logrado identificar la lengua, como tampoco el juego de caracteres con el que el libro está escrito.
A fines de la Segunda Guerra Mundial, el mismo equipo de criptógrafos que rompió el código de la
Armada Imperial del Japón pasó mucho de su tiempo descifrando textos antiguos encriptados. (como una forma de entrenamiento)
Lograron descifrar a todos, menos, por supuesto, al enigmático manuscrito Voynich; y así hoy en día la naturaleza y el origen de este continuan siendo el mismo gran misterio
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