viernes, 22 de abril de 2011

La "Madre Serpiente"

En el Día de la Tierra:  La "Madre Serpiente", según  la cosmovisión de los aborígenes australianos:


Uno de los mitos de creación más extendidos entre los aborígenes australianos es el de la «Madre Serpiente», también llamada «Serpiente Arco Iris». Esta divinidad ancestral,  personificación de la fertilidad, es  diosa de la lluvia y tiene poderes para dar vida.
Según cuenta la leyenda, al principio la Tierra era un espacio vacío y llano, en cuyo interior descansaba la «Gran Madre Serpiente» que permaneció en un profundo sueño durante muchísimo tiempo. Repentinamente se despertó y reptó por el interior de la Tierra hasta llegar a la desierta superficie. Comenzó a recorrerla y, a medida que avanzaba, tal era su poder, que provocó una gran lluvia, formándose lagos, ríos y pozos de agua. Cada sitio que visitaba  lo nutria  con la leche de sus pechos rebosantes, haciéndolo fértil. Así  una frondosa vegetación creció en la Tierra, antes yerma; grandes árboles con frutos de muchos colores y formas brotaron.
La diosa introdujo su nariz en el suelo, levantando cadenas montañosas y abriendo profundos valles, mientras que otras partes las dejó lisas y desiertas. La «Madre Serpiente» regresó entonces a la Tierra y despertó a los animales, a los reptiles y a los pájaros que poblaron por vez primera la Tierra, y finalmente creó a los peces. Por último, según cuenta la leyenda, la diosa extrajo de las entrañas de la propia Tierra a la última de las criaturas:  el ser humano.
 De la «Madre Serpiente» los seres humanos aprendieron a vivir en paz y armonía con todos las criaturas de la creación, ya que eran sus primos espirituales. Además, la diosa enseñó al hombre la vida tribal y a compartir y tomar de la Tierra solamente aquellos bienes que necesitasen, respetando y honrando a la Naturaleza.
Gracias a la «Diosa Serpiente», hombres y mujeres aprendieron a convivir como hermanos con la Naturaleza y también aprendieron que cada elemento había sido colocado por la diosa en equilibrio. El ser humano entendió que su papel era el de guardián y protector de ese equilibrio y que debía transmitir este conocimiento de generación en generación.
Antes de desaparecer, la «Madre Serpiente» advirtió que si el hombre abusaba y mataba por placer o por gula, encontraría al culpable y le castigaría.

En algunas variantes de este mito, la «Madre Serpiente», llamada «Madre Eingana» vivía, y aún vive, en el «Tiempo del Sueño», de donde regresa en algunas ocasiones para crear más vida. También, según esta versión, esta  diosa Eingana es considerada como "La Madre Muerte", ya que tiene un nervio conectado, o atado a cada una de sus criaturas y cuando lo deja marchar, esa vida se detiene.
Siguiendo este planteamiento, si esta diosa muriese, todo dejaría de existir.







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